En los superhéroes, gracias a su -en tiempos pasados- sacrosanta Continuidad, el relevo se suele dar de una manera orgánica, y en la cabeza de muchos o algunos lectores, las aventuras de los personajes forman un todo unitario en donde los autores y sus inevitables relevos se difuminan, como debe ocurrir en toda gran obra de arte. Todos deberíamos firmar "Homero".
Así, esta aventura creada siguiendo el modelo de los independientes Almanaques del personaje goza de dichas cualidades intermporales, y los seguidores del Guerrero podrán disfrutarla como si de la mente de Gago procediese.
Y es que esas páginas de recapitulación de las historias pasadas eran en tiempos marca de ese autor, y de esos personajes, y de Marvel, cuando el pasado era memorable, resumible y aprehensible.
Según descubrimos ahora, el Guerrero ha sido suplantado en varias ocasiones, pero en esta, invirtiendo el "trope", el impostor asumirá la perdida identidad del hijo de Ali Kan.
Y solo quienes compartimos la pasión del fan podemos imaginar lo que para Eduardo ha supuesto que esa historia la dibuje Miguel Quesada, hijo laureado dibujante y sobrino del creador del personaje.
Un cuidado pastiche que a la vez encaja a la perfección entre las aventuras clásicas pero que por supuesto las destila a sus elementos esenciales y las muestra con un arte como pocas veces ha contado el personaje.
Así, esta aventura creada siguiendo el modelo de los independientes Almanaques del personaje goza de dichas cualidades intermporales, y los seguidores del Guerrero podrán disfrutarla como si de la mente de Gago procediese.
Sin embargo, no por ello los que conocemos la dedicada labor del guionista dejamos de reconocer el trabajo realizado para no solo imaginar una aventura canónica, sino a la vez poblarla de los más representativos personajes de la saga del personaje. Como buen fan de los Vengadores, Eduardo ha creado un tebeo como para que lo dibujase George Pérez.
Y es que esas páginas de recapitulación de las historias pasadas eran en tiempos marca de ese autor, y de esos personajes, y de Marvel, cuando el pasado era memorable, resumible y aprehensible.
A la vez, percibimos un esfuerzo por anclar al personaje en su realidad histórica, más allá de los elementos anacrono-fantásticos que a buen seguro acabaron poblando sus andanzas. Así lo demuestra el "cameo" de los Reyes Católicos.
Según descubrimos ahora, el Guerrero ha sido suplantado en varias ocasiones, pero en esta, invirtiendo el "trope", el impostor asumirá la perdida identidad del hijo de Ali Kan.
Algo del Capi de Englehart transpira aquí, y de Victor Hugo, pues el del Antifaz habrá de impedir que ejecuten a un hombre inocente.
Y solo quienes compartimos la pasión del fan podemos imaginar lo que para Eduardo ha supuesto que esa historia la dibuje Miguel Quesada, hijo laureado dibujante y sobrino del creador del personaje.
Como albacetense es un orgullo especial para un servidor el verlo aún en activo y en tan excelente forma.
Personajes y diseños singulares, escenarios diversos y documentados, y un color de lujo convierten a este álbum en una pieza de coleccionista para los fans más acérrimos del Guerrero del Antifaz.
Un cuidado pastiche que a la vez encaja a la perfección entre las aventuras clásicas pero que por supuesto las destila a sus elementos esenciales y las muestra con un arte como pocas veces ha contado el personaje.
Con Eduardo encargado de mantener vivo y conexo el legado del personaje, no podemos esperar a ver que nuevas aventuras le aguardan cuando nuevos guionistas y artistas contribuyan a su leyenda.
Lo decía yo en un artículo recientemente escrito para la Asociación de Amigos del Guerrero: Lo del Gagoverso no es mala idea, con el talento y la capacidad editorial adecuados.
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