La primera es que solo las bellísimas portadas de JACK DAVIS merecen ya el precio de todo el volumen.
La segunda, comprobar como ha ido cambiando y formándose el lenguaje del cómic: La brevedad de todas las historias forzaba a incluir en prácticamente todos las viñetas un sólido texto de apoyo que, a la postre, era el que llevaba el peso de la narración entre los cambios de escenas.
Esto a su vez dotaba al cómic de una cierta raigambre literaria, obviamente, tornándolos más densos y cultos que otros de la época.
La tercera que cuando Stan Lee decidió concebir como espacio de ficción el Marvel Bullpen solo estaba emulando lo que ya había conseguido la redacción de EC, cuyos autores protagonizan una de las historias, con el mismo tipo de auto-parodia que luego exhibiría Kirby o Ditko.
La cuarta que en este mismo volumen, una de las historias nos revela "EL ORIGEN SECRETO" del Crypt-Keeper.
Ese desarrollo de la historia de los personajes Cuenta-Cuentos prefigura ya lo que Gaiman -siguiendo a Moore- hace con los de DC en el ahora superpopular SANDMAN.
Pero quizás la historia que más poso me deja es esa en la que se concluye que la única manera de parar al Monstruo es enfrentarlo a su propio reflejo. Si es que le queda un ápice de consciencia, claro.
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