La verdad es que los veía en la tiendita donde intercambiaba cómics, pero los hacía rápidamente a un lado para llevarme Los Invasores, un Triple Acción o similar...
Pero con el paso de los años, la mística del robótico gorila gigante ha ido aumentando en mi cabeza, en parte gracias a la recuperación que Alan Moore hizo de estos personajes en la miniserie ALBION.
En parte, gracias a Alberto López Aroca, que lo hizo aparecer sutilmente en su novela de zombies publicada precisamente en esta editorial.
Uno llega a la conclusión, inmerso ya en el Pulp, de que cualquier historia es mejor con gorilas, y no te digo ya si son gigantes. Orgánicos o robóticos, eso ya son minucias.
Así que, leyendo estas aventuras con su origen, he disfrutado como un enano, a saber, el enano malvadísimo que se cuela en el robot y se lo roba a su creador, sembrando el caos por una "África Negra" que en realidad, en los años 50, ya estaba colonizada por todos menos Frank de la Jungla.
Como autor uno no tiene más que quitarse el sombrero ante la longevidad y el culto que generaciones de lectores profesan a una creación tan bizarra como MYTEK, no menor que el de los Akari, la tribu en cuyo ídolo simiesco se basó el robot.
¡Y ya, de la portada de López Espí, para qué vamos a hablar! Mejor señalar que el cómic lleva una introducción de Portela.
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