(NO CONTIENE SPOILERS)
El desprestigio de los superhéroes en algunos sectores espectadores y el entusiasmo con el que abraza a villanos, anti-heroes y protectores letales caníbales es un síntoma de algo bastante peligroso ya antes de que los niños de 8 años se pusiesen a jugar en el recreo al Juego del Calamar.
Pero más nos vale dejar eso solo apuntado, antes de ser SEÑALADOS: La película ha arrasado ya en taquilla en Estados Unidos, y contra eso poco hay que decir: tenemos VENOM para rato.
Para un aficionado a Spider-Man es un misterio como un villano de la serie puede llegar a competir con el éxito del héroe original. Bueno, no tan misterio: Venom encarna dos o tres fetichismos sexuales más que extendidos y universales.
A pesar de los obvios límites de una franquicia que ni siquiera dispone del héroe principal, los guionistas se han devanado los sexos sobre como hacer funcionar una cinta que repite el oponente de la anterior sin añadir más que una sidekick a este nuevo simbionte. A mi juicio, no lo logran.
La gracia que le han encontrado a Venom es dotar al simbionte de una sarcástica personalidad que discute cual marioneta de ventrílocuo con el supuesto protagonista, ridiculizándolo a cada paso.
Es difícil identificarse con algo así, y reír los chistes -nadie lo hizo en la sesión- si tienes más de diez años.
Además, el enfoque de comedia se topa en esta cinta con una trama basada en un ASESINO EN SERIE, lo cual resulta en una combinación dificilmente equilibrable.
Además, el enfoque de comedia se topa en esta cinta con una trama basada en un ASESINO EN SERIE, lo cual resulta en una combinación dificilmente equilibrable.
Carnage, el Asilo Ravencroft y hasta Shriek aparecieron por obra y gracia del guionista DeMatteis durante aquellos mencionados y olvidables años noventa, como un demasiado ramplón homenaje al Joker, Arkham y, desde esta peli, Harley Quinn.
Personajes que no acaban de encajar en el mundo de Spider-Man, al menos antes de que ese pasase sus días envuelto en conspiraciones demoniacas y mefistofélicos pactos. Y en el de Venom, por redundantes, tampoco.
Éxito aparte, uno casi puede adivinar el bochorno que siente Tom Hardy viéndose atrapado en la piel de un personaje que, además de hablarle a una pelota de tenis al grabar, no exige mayor esfuerzo actoral.
Harrelson por su parte, realiza una plana y mala imitación de las versiones más psicópatas del Joker, aunque curiosamente ni a el ni a su simbionte se permiten mostrarlos matando y devorando para no arruinar a la audiencia con una censura para mayores de edad.
La historia de "amour fou" entre el villano y su ayudante ya la hemos visto, los nuevos secundarios como el detective no pueden resultar más sosos y la poquita acción que se ven obligados a meter, si mejora el CGI de la película anterior, no causa impresión alguna en una película que la única "sorpresa" que incluye está en la esperada escena post-créditos.
No vamos a entrar en como el Simbionte ha desarrollado tan sarcástica personalidad, por no hablar de sus propias habilidades detectivescas.
Por lo tanto, no recomendamos a los aficionados a las películas Marvel verla, pero todos los fans de las películas de DC no deben faltar a las salas.
Carnage es una VARIANTE del Joker mucho más fiel que la de Phoenix.
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