Habiendome incorporado a la saga con Roger Moore, no soy de los que siempre echará de menos a Connery en el papel, y he disfrutado bastante la etapa Craig.
Pero aún cuando hubiese sido estrenada en su día, no soy tan fan como para recordar la anterior, y esta película comete el fallo narrativo de referirse en su comienzo a eventos de las anteriores que el espectador medio no tiene en la memoria.
Tardamos un rato en saber qué podría estar pasando.
Muy buenos decorados para la escena inicial, pero la parte más "bondiana" y divertida de la película es la escena con Ana de Armas en Cuba.
Hace muy buena pareja con Bond y la muerte de los miembros de Spectra es una gran manera de arrancar la trama.
Sin embargo, la tan cacareada Bond femenina se queda al final en mera anécdota: Solo parecen diferenciarse en quien lleva el apelativo numeral, y el director ha perdido la oportunidad de enfrentar esas dos maneras radicalmente diferentes de ser 007 que podrían haber tenido los dos personajes, el clásico y la nueva chica.
No la vemos a ella acostándose con nadie, hubiese estado bien que le birlase un ligue a Bond...¡Eso si sería competencia!
Por lo tanto queda al final como un sidekick mas.
Revelado finalmente el villano y la trama, la película se hace demasiado larga, y sobre todo, el villano que durante los dos primeros actos si cuenta con una clara motivación de venganza, se convierte en esa tercera parte que realmente sobra en un genocida...¡¡¡SIN QUE SE NOS DE LA MÁS MÍNIMA EXPLICACIÓN!!
El motivo "artístico", claro, es homenajear con este Bond la aventura original y al Doctor No, de ahí la Isla, la decoración japonesa, los secuaces en traje de radiación, etc...
El final de esta encarnación tampoco parece especialmente digno, justificado o épico.
Queda por ver si lo reiniciarán todo en la siguiente o adoptarán esa teoría que el final parece apuntar de que "Bond" es solo un título que adoptan los sucesivos agentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario