Todos conocen al dios primigenio pero pocos sabrían decirnos cosas del viajero onírico.
Y aún menos son conscientes de que estos relatos forman parte del mismo mundo que los Mitos y, aún más importante, son con los de las Tierras del Sueño los más personales, reveladores y los que en definitiva articulan su obra.
Quizás no es todo culpa de los lectores o los fans más o menos cercanos al autor que han preservado su obra: LA BÚSQUEDA ONÍRICA DE LA IGNOTA KADATH no es un relato fácil ni accesible, por su lenguaje, por su estructura y por presentar todo un mundo de fantasía lleno de ciudades, dioses y criaturas de todo pelo que realizan apariciones mínimas, casi cameos, haciendo muy difícil su memorización.Lo se yo, que ya lo he leído varias veces, y nunca recuerdo mucho más que el argumento general.
El Ciclo de Carte y, en particular este relato, es también el principal argumento para cuestionar esa imagen que el propio Lovecraft y, aún más, sus intérpretes y seguidores han popularizado como "ATEO Y MATERIALISTA".
Dudamos que alguien con esa resolución sobre el mundo dedicase buena parte de su vida a escribir FANTASÍAS INICIÁTICAS EN BUSCA DE LOS DIOSES, que es el tema de este y otros relatos.
Pero en cualquier caso, lo que un ateo materialista NUNCA HARÍA es poner un trasunto de si mismo como protagonista.
Así que es muy de celebrar una nueva adaptación de esta crucial aventura por que ofrece una visión de conjunto de la obra del escritor y demuestra que los verdaderos temas de la misma están en las antípodas de esas declaraciones que, como he expresado en otras ocasiones, no se le deben dar más importancia que a un pataleo actual en redes sociales, por difundidas que hayan sido.
La plasmación gráfica de las Tierras del Sueño y sus habitantes nos ayudan a apreciar su infinita riqueza y a comprender, espero, que este Lovecraftiano mundo es lo más parecido a la Tierra Media de Tolkien, intención ESPIRITUAL incluida.
La adaptación en si, con guión y layouts de Florentino Florez está luego terminada por dos dibujantes que se alternan en cada capítulo, los mallorquines Jacques Salomon y Guillermo Sanna y que son todo un descubrimiento para un servidor.
En contra de lo que ocurre con el batiburrillo artístico en el que se han convertido el 90% de los cómics de superhéroes americanos de hoy en día, ambos se alternan de manera eficaz y casi imperceptible. Sus espectaculares páginas y aciertos en el diseño de escenarios y criaturas de este mundo nos hace desear que la adaptación sea tan popular que merezca una posterior edición a todo color.
No podemos terminar sin destacar la aparición especial del personaje fundador de los cómics oníricos, Little Nemo, que oportunamente protagoniza unos surrealistas interludios entre cada capítulo.
Les invito pues a soñar y pasearse por las calles de Ulthar con sus gatos, a visitar el submundo de los Gules, reencontrarse con el pintor Pickman, descansar junto al subcreador Kuranes y en definitiva buscar siempre a los ideales Dioses.
Pues existan o no, se culmine o fracase en la búsqueda, emprenderla es la tarea que nos define como humanos.
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