viernes, 2 de abril de 2010

WATCHMEN, WAGNER, LA INMATERIA Y LA MADRE QUE NOS PARIÓ (II)

Volvamos algo atrás. Moore se repite. Y los temas salen una y otra vez en su obra. Y Snyder, que la conoce, los ha REALZADO, dejando patente en la genial y comentada secuencia de créditos cuales son las grandes contribuciones de Moore al cómic americano y al cómic de superhéroes.

Watchmen es una ucronía, un mundo alternativo, un “what if...”, que recrea una realidad divergente afectada por la existencia de los superhéroes, PERDÓN, de los justicieros enmascarados desde los años ’40 y, más tarde, del PERSONAJE CON SUPERPODERES –nada de héroe tiene Manhattan, lo vamos a ver, y por eso Snyder lo borda: Manhattan es “el malo de la película”.



Moore ya había cambiado el curso de la historia en Miracleman, y lo volvería a hacer. Los personajes de Awesome son una versión ALTERNATIVA de los de DC, la Liga de Extraordinarios Caballeros viven en una era victoriana ALTERNATIVA. La línea ABC se definió como los cómics de un mundo ALTERNATIVO donde no existieron los superhéroes, y los cómics se basan en los personajes pulp y en la novela victoriana de aventuras, al igual que ocurre en el mundo de Watchmen, donde los superhéroes son reales, los cómics que se venden son de piratas. La misma idea, time and again...



Recapitulemos: Superhéroes de la Edad de Oro y una Realidad Alternativa. ¿Hay alguna mejor y más sintética manera de expresar eso que sustituyendo al marinero que celebra el fin de la guerra en la portada de Life por Silhouette? Yo creo que no.



Pero es que además, en un doble salto mortal de genialidad, el marinero de la foto original aparece en la escena: lo que Snyder nos está mostrando es el punto de divergencia de la línea temporal alternativa, el pequeño aleteo de mariposa –Silouette adelantándose por segundos al marinero- que cambia el rumbo, bien con respecto a la historia que conocemos de nuestro mundo, bien con respecto al propio mundo del cómic de Moore. También cambia entonces el tono de la historia: del enfoque “campy” de los héroes de siempre a la tragedia que ocurre después. Times are achanging, indeed.

La secuencia fascina por que sabe, en ese repaso histórico de la ucronía, trasmitir de nuevo los temas fundamentales que hacen que el cómic sea una obra maestra y subyugue a los lectores americanos –que en esta era global, somos todos- por siglos sin término: Watchmen es un psicoanálisis de la América del siglo XX, un repaso de sus grandes sombras, un ritual de exorcismo del inconsciente colectivo, como el que hace el Dr. Gull en From Hell:



Desde la emergencia del país como defensor de la libertad en la Segunda Guerra Mundial, simbolizada por la aparición de los superhéroes (recordemos el episodio de, “causalemente” Question, en donde O’Neil sugiere que la guerra la ganaron los artistas judíos que dieron la replica del ideal nazi de la raza aria con la creación del superhéroe) a la posterior Caza de Brujas –según Paul Levitz, la razón de que la Justice Society of America, osea, los Minutemen, se desbandaran-, la Guerra Fría con su amenaza nuclear –Crisis Times Three ofrecía unos años antes una historia en la que la JSA, JLA y All Star Squadron se enfrentaban a una Crisis de los Misiles de Cuba trastocada por el viajero temporal Per Degaton-, y sobre todo la Guerra del Vietnam –genial el Dr. Manhattan cargando con la Cabalgata de las Valkirias. (¡Uy, ¿qué hace aquí Wagner?! Ah sí...Apocalipsis Now, o traducido por cábala fonética, “Ahora viene la Revelación”) - y la muerte de Kennedy, mas Nixon –evidentemente, el Comediante se quito de en medio a Garganta Profunda, Woodward y Bernstein, entre otros.



El propio nombre de Watchmen proviene del discurso que Kennedy hubiese pronunciado en Dallas de no haber sido asesinado. Es, claro, el fin de “Camelot”, la América ideal, la de la ”Nueva Frontera” (el homónimo cómic de Darwin Cooke está muy influido por la obra de Moore y la película que lo adapta comparte análoga secuencia de créditos con la de Snyder). Recordemos para los legos que Kennedy escuchaba cada noche antes de ir a dormir el final del musical “Camelot”, cuya representación se suspendió en señal de luto el día de su muerte. Las resonancias artúricas, ya lo veremos, permearán toda la obra.



And admit that the waters
Around you have grown
(...)For the times they are a-changin'.


“Como han pasado los años, las vueltas que dio la vida...”. Pasamos de la Edad de Oro a la de Hierro en solo unos instantes. Y la canción nos resume, a manera de chiste, igual que las imágenes imposibles, que los superhéroes ya no son lo que eran. Que han crecido y se han hecho más complejos, que estos no son los héroes ni las banderas de nuestros padres. “Whatever happened with the American Dream? It came true. You’re looking at it!”

¡Como ha cambiado el cuento, en resumen! Watchmen invita a los lectores de superhéroes a crecer, pero sin dejar de disfrutar, sin renunciar al núcleo de lo fantástico. No se trata de un punto final, es un punto y aparte. Sobre todo en la versión cinematográfica, no es una muerte, es una purificación por fuego, es templar el hierro, es reforjar la espada de Sigmundo para Sigfrido.



Ucronías. Moore nos repite una vez más que vivimos en el mejor de los mundos posibles: Por que si los E.E.U.U. hubieran ganado la guerra de Vietnam, el mundo se precipitaría al holocausto nuclear. Si, ya lo habíamos leído: en “Para el Hombre que lo tiene todo” Moore hace una genial teodicea, justifica el mal en el mundo, y que Dios escribe derecho con renglones torcidos: Gozosa culpa la de Adán que nos hizo merecer a Cristo como redentor. Osea, si Krypton nunca se hubiese destruido, la vida de Superman (de Kal-El, para ser concretos) y las de sus congéneres hubiese sido toda una pesadilla. Cuando los Dioses quieren castigarnos, nos conceden nuestros deseos. Krypton debía perecer, Lucifer fue empujado a caer, Silver Surfer necesitaba quedar encerrado en el mundo material para conocer la humanidad.



Hoy en día Watchmen se ve y se lee con mucha más comodidad, sin escándalos. Sus protagonistas son pervertidos sexuales en trajes fetichistas, atrapados por sus propias pasiones y traumas. Pero 20 años después eso ya no ruboriza al lector medio de superhéroes, al lector de “los cómics que Watchmen construyó.” Ríete tu del Comediante u Ozymandias al lado de los protagonistas de Authority, Wanted, Ultimates, Powers, Rising Stars, The Twelve, Supreme Power o, no digamos ya, The Boys, que trata los mismos temas pero en clave de humor y escándalo. Al lado de los “héroes” de hoy en día, los Crime Busters parecen todos unos Boy Scouts.



Son estas series, estos personajes y enfoques los que ejemplifican uno de los grandes logros de Watchmen en cuanto a la mayor complejidad y temas adultos que han poblado los cómics de superhéroes –algunos- en las dos últimas décadas. Watchmen describió una “nueva frontera” que autores como Ellis, Millar, Bendis, Straczynski o Ennis se han encargado de explorar. El superhéroe post-moderno. En definitiva, un llevar a la página la premisa que resume Watchmen: “¿Qué ocurriría si los superhéroes existieran?” Esto es, como sería su mundo, como se comportarían, que tipo de realidad se generaría. Watchmen no es un cómic para los lectores, es un desafío, un guante de Moore lanza a sus compañeros guionistas. Algunos lo han recogido.



La historia ficticia que Moore –y Gibbons, que también es guionista y conformador de mundos- crean, el diseñado mundo en el que mueven a sus personajes , es o más bien debería ser el otro gran hallazgo. Uno en que Moore se ha centrado y refinado hasta lo patológico: la construcción de mundos cuyo detalle y cuidado ayuden a suspender la incredulidad. En su Liga de Extraordinarios Caballeros, Moore intenta incluir en un mismo mundo TODA LA FICCIÓN DE LA HUMANIDAD, de Homero a James Joyce, de Lovecraft a Kerouac.



“¿Qué ocurriría si los superhéroes existieran de verdad?” Yo sigo creyendo que no tendrían mucho que ver con los protagonistas del cómic, pero lo cierto es que la integración que hace Moore en su mundo de la historia del nuestro, aunque sólo sea en las cuatro pinceladas que la secuencia de créditos avanza y amplia (¿cómo no va a ser la que mas nos guste? Es casi la única que introduce elementos que no hemos visto dibujados en el cómic o que no están contenidos en él), estaban en su día, y por desgracia siguen estando a años luz de la molestia que se toma el guionista de cómic medio de por hacernos creer en la plausibilidad de su mundo.



Conocemos a la perfección el cruce de calles de Watchmen, pero DC sigue permitiendo que cada dibujante, pintamonas incluidos, de su versión de Metropolis o Gotham, cuya geografía nos sigue resultando ignota, cambiante e indefinida. Impersonal e intercambiable. Tenemos la Opal de Starman, eso si. James Robinson, “causalmente” autor de la adaptación al cine (las partes buenas, supongo) de la Liga de Extraordinarios Caballeros (Dorian Gray tiene en su biblioteca un busto de Atenea, sin sangre en el hombro, que lo identifica en realidad como the Shade, el anti-villano de Starman); Robinson, digo, es también el autor de The Golden Age, que nos ofrece una visión del All-Star Squadron, los héroes DC de la Edad de Oro, bajo el prisma de los Minutemen, con un Ted Knight medio demente por haber intervenido, fíjate tu, en el Projecto MANHATTAN. “Tela, Tela digo...” que canturreaba Ángel Garó....



Personalmente creo que muchas de las ideas que Moore pretendió en su momento para una precuela de los Minutemen acabaron viendo la luz en la novela gráfica “TOP TEN: The ‘49ers”, también situada en una Edad Dorada alternativa y con personajes de sexualidad idem.



CONTINUARÁ...

9 comentarios:

  1. ¡He salido muy bien en la foto! A mí me gusta más la peli, como es normal.

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  2. Hey, chicos!

    Este post como veis se centra en la influencia de Watchmen en los comics de superhéroes POST-MODERNOS.

    Si os parece podemos debatir opinar algo sobre ellos, ya que son bastante fundamentales e igual no todos vosotros los habéis leido todos.

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  3. Otra cosa que me gustaría saber es si hay más comics, aparte de los que nombro, que os parezcan influidos por Watchmen directamente. Gracias!

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  4. A bote pronto , incluiría el "Niñatos"(no la he leido aun pero por las criticas y sipnosis...) de Veitch y no sé si los otros dos ( "el maximortal" y "el uno") de su trilogía. Como obras que "reinterpretan la realidad" las Warren Ellis en la linea "Avatar" que al igual que Moore es un enamorado del pulp, las reinterpretaciones y las drogas chuscas: Planetary y Global Frequency son mestra de ello.

    Experimento 626

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  5. "The Winter Men" de Brett Lewis y John Paul Leon, por ejemplo, donde la influencia es tan grande como soterrada.

    Por cierto, detras de los creditos de la adaptacion de Watchmen no esta Snyder sino yU+Co, una compañia publicitaria

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  6. tal vez haya obras que marcan, pero lo cierto es que me pregunto cuanta influencia tuvo Watchmen y cuanta influencia tuvo la epoca que produjo Watchmen en el cambio de Epoca. Fué tan importante esta obra singular o la semilla que la vió nacer en todos los ambitos de la cultura y la subcultura ya estaban firmemente plantados....¿fue antes el huevo o la gallina?

    muy buen articulo, by the way

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  7. Ex Machina y Astro City, que por cierto tengo pendientes de leer... No sé si seguirán la estela de Watchmen (algún amigo sí podrá decir algo al respecto), pero lo que está claro es que gozan de muy buenas referencias.

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  8. Ciertamente Astro City algo tiene, aunque sea por la diferencia en el tono de narración y la realidad detallada creada, más los homenajes en los personajes.

    Ya le dedicaremos un post.

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  9. Aun no ha salido asi que aún no lo he leído. Pero... ¿Kick-Ass?
    Por que si se mete "The Boys" en el saco de influenciados por Watchmen, para mi que Kick-Ass también.
    Imaginaos a Rorschach con una hija pequeña y tenemos a Big Daddy y su Litle Girl.
    Insisto que aún no lo he leído y todo esto son conclusiones a través de pedazos de información suelta.
    ¿Opiniones?

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