He tenido la inmensa suerte de colaborar -algo tangencialmente- como guionista en las producciones de mi querido amigo Manuel Sicilia y su productora Kandor Moon. "El Lince Perdido" se llevó el Goya a la mejor película de animación, y de Goleor, la nueva producción, no se espera menos.
Pero nada he tenido que ver yo con el genial corto "La Dama y la Muerte", que se ha llevado el Goya de este año al mejor corto de animación y que ha llegado a estar hasta para los Oscars. Así que si no puedo ser guionista, pues me toca ser su fan número 1, ea.
Comparto ahora con vosotros este texto, publicado aquí en primicia, para que veais y disfruteis el genial corto si aun no lo habéis hecho, y de paso ir ensanchando los límites de este blog más allá de los comics con algunas de mis otras pasiones y/o actividades.
El corto lo tenéis ahí http://www.theladyandthereaper.com/, y luego, please, no dejéis de contarle al director y guionista cuanto os ha gustado. Los que hacemos cositas, y si nos salen bien, no las hacemos con otro fin...
Todo el mundo haciéndose eco de los premios a los que se ha nominado este corto de animación, pero no tantos comentando las razones por las que la nominación es más que merecida. Así que voy a adelantarme a los cronistas oficiales celebrando el éxito y sobre todo, el por qué de este.
Ya decía el del anuncio de colonia que “ es en las distancias cortas cuando un hombre se la juega.” Los guionistas nos las jugamos en los cortos. Los creadores que, como yo, estamos bajo la “Maldición de la Trilogía” -todas las ideas que se nos ocurre abarcan varios volúmenes escritos y horas y horas y horas de metraje- envidiamos lo más sanamente que podemos la exquisita y elegante concreción con la que Javier Recio ha escrito y dirigido esta pequeña joya (que el productor Manuel Sicilia retitula secretamente para sus adentros “la Muerte de Ma Kent” …).
La primera genialidad es tratar un tema tan candente y complejo como el derecho a una muerte digna en 8 minutos de alocada animación. Pero para los estetas empedernidos, es sin duda ese “poco de azúcar” con la que Mary Poppins cantaba que la píldora entraba mucho mejor lo realmente admirable.: el cuidado del detalle, ya marca de fábrica de todas las producciones Kandor Moon.
El corto está creado y producido con el mismo cariño y cuidado con el que la Dama de la historia arropa su…”cuerpo presente” cuando el alma se alza de su lecho. Un pequeño gesto que llena al caricaturesco personaje de humanidad, una genialidad narrativa como la del molino que deja de girar para señalar el fin de la vida. Unos aciertos que se transmiten a todo el diseño del corto, tanto en los personajes como en los escenarios terrenos y ultraterrenos.
Es curioso que este corto y la película que se llevará el Oscar de Animación, “Up”, giren ambos en torno a los sentimientos de añoranza que despierta una foto del difunto cónyuge. En “Up” la moraleja versa sobre la conveniencia de cumplir los sueños en su momento, sobre la necesidad de abandonar esos sueños por la inminente realidad en ocasiones, sobre lo conveniente de revaluar qué sueños están en nuestro poder cumplir , por si ya estamos viviendo un sueño mejor que el que anhelamos. “College virgo rosae”, en definitiva.
En “The Lady and the Reaper” –un segador que hace juego con los campos de trigo que rodean la casa de la Dama-, se nos presenta a la protagonista con una vida ya cumplida, plena… al menos en este plano de realidad. El derecho a una muerte digna sólo se puede ejercer después de haber vivido una vida igualmente digna. Y eso es lo que el personaje de la Dama nos transmite tan a la perfección.
Tras la creación de la genial Muerte de la serie “The Sandman”, el negocio de crear Psicopompos simpáticos está realmente duro. Pero este Segador compite con la entrañable Didi por convertirse en alguien que a todo el mundo nos encantaría conocer -en su debido momento…
Por último tenemos al “villano” de la historia, el Doctor Irredento, podría llamarse, acompañado por su propio grupo de secuaces -como los villanos del Batman de Adam West- en forma de unas enfermeras neumáticas –que no pneumáticas- que como todo el corto homenajean genialmente la animación tradicional, desde Tex Avery a Bruce Timm.
Y entonces, cuando estamos totalmente encantados –en todos sus sentidos- por este pequeño mundo, la acción se dispara de una manera totalmente alocada e hilarante, y uno casi espera ver aparecer a Bugs Bunny o Elmer de entre los frigoríficos del depósito de cadáveres, al son del Barbero de Sevilla.
Sorprende hasta cierto punto en un creador de hoy en día la razón definitiva para la defensa de lo que acaba siendo eutanasia: “We’ll meet again”, que dice la banda sonora, o como cantan los soldados españoles “ La muerte no es el final”. Justa y muy necesaria es la llamada de atención de Javier Recio sobre la posibilidad de que la medicina hoy en día, con su afán por conservar la vida, acaben convirtiéndose en los malos de la historia, haya o no haya más allá. Dice el corto que la vida es más que un corazón latiendo, y lo mejor es que también dice que esta continúa incluso cuando este ya no late.
La Dama hace honor a su nombre y ejerce su derecho a descansar –o a cansarse en el mas allá- de la misma manera que el tolkienano Rey Aragorn concluye su dilatada vida ejerciendo “el Don de Ilúvatar”, escapando a los Círculos del Mundo por voluntad propia y a la oscura maldición que hace que los humanos se agarren con uñas y dientes al plano material y vean a la muerte como algo malvado, cuando según Tolkien esta es un regalo del Creador.
Hay razones para vivir, hay razones para morir, hay razones para seguir existiendo más allá de la muerte. ¿Las mías? Necesito una Eternidad para ver y disfrutar una y otra vez genialidades como este corto y el resto de producciones que Kandor Moon prepara.
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