No hay otra manera de definir el enfoque de este Neo-Kirby que es Erik Larsen.
Como "El Rey" en sus más inspirados momentos, las ideas fluyen de un número a otro sin contención ni mesura, guiadas por una acción infinita donde los personajes secundarios a penas asoman el careto entre lucha y lucha y...¡mas lucha!
Aún siendo pastiches o simples chistes como el de Popeye convertido en cangrejo, Larsen estaba en estado de gracia creando una pléyade de personajes como los cómics no veían desde el advenimiento de la era Marvel.
Apariciones especiales como los WILD.C.A.T.S. o personajes recuperados del mítico pasado ochentero como Vanguard, daban la agradable sensación de un universo Image que, aunque se acabó desvaneciendo, no es detrimento para un apabuyante Universo Savage Dragon.
Y es que a Larsen más bien le sobraban todos sus compañeros, y no había quien lo batiese a personajes, a violencia, a sexo o a lo que quisieras que te ganase.
En este segundo tomo la lucha contra Overlord, líder del Vicious Circle alcanza su zenith, pero señalar un punto de llegada no hace más que afectar al disfrute del trayecto, siendo este páginas y páginas de la mayor y más espectacular acción superheróica.
Nuevos héroes, nuevos villanos, algunos que ya retornan en nuevas encarnaciones, equívocos a "lo Marvel"....
Este tomo lo tiene todo y no debe faltar en las estanterías tanto de estudiosos de la época como de cualquier aficionado a lo mejorcito del género.
Y es que los años solo han hecho que estos cómics mejoren.
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