Así comienza este jugoso libro, con una discusión general del sentido de los mitos que, debemos prevenir, el toma en un sentido bastante laxo.
Pero ahí estamos, en medio de un montón de figurones y personalidades que, de estar vivos, se preguntarán quien es "el Angosto ese". ¡GRACIAS!
Inspirado por el también "mítico" Gargoris y Habidis de Dragó, Hernández, con toda su formación clásica y su profundidad iniciática repasa los mayores mitemas peninsulares a lo largo de la historia.
Desde los heredados de Grecia, Roma u otras culturas primordiales a aquellos que la historia -o su memoria- ha engendrado, o los que provienen de la Literatura como Don Juan o Don Quijote.
El libro también cuenta con interesantísimos excursos como el relativo a aquellos herederos de la cultura romana como San Isidoro, a la vez mitógrafos y figuras "míticas" de nuestra y cultura o saber, los primeros que complilaron una visión de la península que en muchos sentidos nos conforma como lo hacen los mitos con nuestras conciencias.
Las Islas Afortunadas, las Columnas de Hércules, la figura del Toro, los mitos en torno a Reinos como Tartessos o accidentes geográficos...
Todos están listados y analizados con la profundidad que les confiere el remitirlos a todos sistemáticamente a sus modelos primigenios griegos y romanos, lo que procura una estupenda comprensión de cómo y por qué somos lo que somos.
"Mitos" también en el sentido negativo como los de la España Negra o la Inquisición, y aquellos como los terribles nacionalismos que han arrebatado buena parte de nuestra historia moderna con su poder, no menor a los de raigambre olímpica.
Una amena y formativa lectura que refresca nuestra mirada, reencanta nuestra realidad y nos vuelve aún más fans y seguidores de las magníficas obras de nuestro amigo.
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