De las mismas, concluiría Lewis que "Los Mitos Cristianos son como los demás mitos, con la diferencia de que estos EXISTIERON DE VERDAD".
Esta afirmación, que acierta de pleno en la primera parte, concluye con una notoria falacia que, por supuesto, ni se ha probado hoy en día ni puede probarse.
Cualquiera que haya comprendido el funcionamiento de los Mitos como relatos simbólicos que responden de manera inmediata a las grandes preguntas de la Humanidad sabe que estos no tienen necesidad alguna de hacerse materiales para obra su efecto.
Y Tolkien, que no fue en absoluto quien acuñó esa frase, habiendo estudiado y comprendido los Mitos de los que provienen los Cristianos, no hubiera podido escribir su obra -en absoluto católica, totalmente Neoplatónica y Hermética- sin percatarse de donde los Evangelistas tomaron cada uno de los episodios de la "vida" de Jesús.
No obstante, el trabajo de este sacerdote merece ser leído por que, aún matizado por el filtro católico, aporta las herramientas necesarias para desentrañar los muchos mensajes con los que el "Devoto de los Mitos" rechaza la visión materialista y científica del mundo pues esta no otorga al hombre significado alguno, siendo la búsqueda de este lo que nos define.
Del resto del libro, que se encarga de buscar paralelismos entre Frodo y Eärendil como figuras Crísticas nuestro colega pasa por alto lo más importante: Que son DOS, no uno, uno para cada gran época del mundo, al final de la Primera y Tercera Edad.
Ya esa duplicidad hace absolutamente imposible cualquier comparación crística a nivel teológico católico.
Y el que compartan con Cristo algunos de sus atributos míticos -muchos añadidos a posteriori- no los erige como figuras de este, sino bien al contrario, erige a las figuras míticas de quien se toman como "Proto-Cristos".
Pero tanto las de Cristo como las de Frodo provienen de las de Prometeo, Edipo y Orfeo. Y lo mismo sucede con el resto de episodios evangélicos.
Las comparaciones de la Virgen María con la diosa Varda hierran igualmente el tiro: No es la María de los Evangelios, sino la Dama Vestida de Estrellas del Apocalipsis.
Por supuesto, los católicos identifican ambas figuras, pero lo mismo podemos basar a la última en una docena de diosas estelares paganas anteriores a María y que la originaron.
Una interesante y enriquecedora lectura, que valoramos pero que queda totalmente MACULADA por esa pretensión de que el Cristianismo llegó para renovar el degenerado mundo helénico, cuyos Cultos Mistéricos y Cristianismo Gnóstico aparecen caricaturizados como una orgía pagana directamente sacada de un peplum de serie Z.
Al lado de esa inexacta e insultante versión, San Ireneo resulta fiel cronista y parcial observador de estas doctrinas.
Recomendamos al autor y demás exégetas tolkienianos que se documenten sobre los mismos pues como esperamos demostrar pronto, la obra Tolkieniana, independientemente de la fe -o fes- que profesase el autor, tiene muchísimo más que ver con ellos que con esta catequesis dominical "doctorum modus".
Esto no es un comentario. Son críticas inconexas y totalmente desacertadas, porque en vez de ir a lo concreto del libro, solo criticas el cristianismo por encima. El autor no aplica un filtro, sino que las apostillas usan como fuente la misma fe de Tolkien y sus ensayos: Tolkien era católico tradicionalista y creía en lo mismo que el autor de este libro (no hay prueba alguna de que Tolkien estudiase el neoplatonismo o el hermetismo, aunque por la universalidad [catholicos] de su obra, se relaciona muy bien con esas corrientes de pensamiento). Puedes cuestionar la historicidad de los Evangelios, pero no puedes negar de que estos presentaban la primera religión con una pretensión histórica en vez de meramente mitológica. Y tal cuestionamiento está fuera de lugar, porque es la base del pensamiento de Tolkien, que si bien no dijo literalmente la frase citada, es precisamente el centro del ensayo de Tolkien "Sobre los cuentos de hadas". El autor hace un buen trabajo ligando el poema y el ensayo, que están directamente relacionados, y no entiendo cómo puedes haber pasado por alto este hecho.
ResponderEliminarLas figuras crísticas son incontables en la Biblia y abundantes en el Legendarium. No son una correlación directa 1=1, aún más en Tolkien, que odiaba la alegoría, pero defendía la aplicabilidad.
Coincido que lo más importante del libro es precisamente lo único que has destacado de bueno.
"la primera religión" ???????????????????????
ResponderEliminarSí, la primera religión con pretensión histórica. Los Evangelios hacen énfasis en la idea de Dios interviniendo en la historia en momentos determinados. La fe cristiana incluye creer que Cristo sufrió "en tiempos de Poncio Pilatos". ¿Qué otro credo anterior hacía eso? Todas las mitologías se basaban en mitos que acontecieron en tiempos indefinidos o cíclicos.
ResponderEliminarQuerido Lorenzo: No me había dado por aludido por sus críticas por que hacen un poquito aguas.
ResponderEliminarPero, para empezar, EL JUDAISMO tiene esas mismas características que usted enuncia.
Y le informo que, a pesar de ser un funcionario del IMPERIO ROMANO, no existe prueba alguna de la existencia de Poncio Pilato.
Tampoco existe prueba de que, por practicar el catolicismo, la obra de Tolkien solo se pueda interpretar en esos parámetros (para empezar, es pura mitología, y como usted mismo dice, a ese tiempo PRIMORDIAL hace referencia).