Si he tenido ocasión, desde pequeño, de aprender a apreciar la Música Clásica, un mundo "anterior", perdido ya para muchos jóvenes actuales, que viene a ser -y de hecho ha sido- una expresión de esos antiguos mitos que también decoran la arquitectura de muchas de la ciudades europeas.
Aunque parece que anuncian bajada de temperaturas -justo cuando los madrileños ya no podíamos aguantar más- para quienes tengáis la oportunidad de viajar y seáis melómanos podáis recorrer de Barcelona a Moscú con esta magnífica guía bajo el brazo.
Por supuesto, el trabajo de David Puertas también se puede disfrutar sin salir de casa, con las anécdotas, lugares de nacimiento de compositores, salas de conciertos y demás que lista en el libro de manera amena.
De los Stradivarius de nuestro Palacio Real a la Viena de los Valses, las Óperas venecianas o la acústica de la Capilla Sixtina, el texto hará mucho más aprovechable las visitas a esos lugares o aumentará aquella cosa que se llamaba "cultura general" por la que se valoraba a las personas, antes de los concursos televisivos y Tik Tok.
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