¡Y eso que no llevamos una racha muy buena!
Así que vamos a intentar contener nuestro entusiasmo y sobre todo aportar argumentos por la que esta es, si no la mejor película de Batman, sin duda el mejor de sus Elseworlds y a la altura de cualquier otra -la que sea, tanto da- de aquellas más logradas.
Ya el cómic en el que se basa nos había dejado un estupendo recuerdo -amargado cuando comprobamos que el artista era un absoluto "impostor"-, y sin duda el material en el que se basa es excelente, como no podía ser mejor viniendo de Mike Mignola y Richard Pace que mezclaron a la perfección el tono de su Hellboy con el mundo de Gotham, ofreciendo excelente versiones alternativas de muchos de los secundarios y villanos, en un tono Pulp que obviamente fue en el que el propio Batman -y el resto de personajes superheróicos- nacieron.
Pero sin duda Sam Liu -ya con un impresionante currículum en la animación DC, desde La Muerte de Superman a la reciente Batman: Soul of the Dragon- u Chris Berkeley -otro tanto- han elevado el material, sin olvidar al guionista Jase Ricci que es capaz de dotar a cada personaje de su propia manera de hablar, a veces solo con un par de frases por cada cual.
Hay diálogos que son para enmarcarlos, que mueven a la carcajada o que consiguen emocionar y estremecer, suspendiendo la incredulidad como no nos ocurría desde...la infancia.
Por supuesto que, siendo fans del Pulp, de Lovecraft en particular, de los universos alternativos, de la mitología árabe, de las sociedades secretas o los antiguos cultos no hay nada en la cinta que no nos entusiasme.
Pero no estamos hablando desde el adulto que, con el sombrero o -gafas o pipa- de crítico analiza la película para ver que es lo que ha funcionado o no: La película está bien hecha por que despierta en nosotros el deseo infantil de irnos de viaje de aventuras con esta nueva familia Wayne.
Solo cuando tenemos el DESEO de que una FANTASIA sea VERDAD, tenga REALIDAD, puede la VERDAD que la Fantasía contiene penetrar en nosotros.
La razón por la que este Batman que, adelantando dos décadas, aparece en los años 20, en una Gotham en recesión y durante la Era de la Prohibición resulta tan fascinante es por que, quizás por vía de Doc Savage, es un Bruce Wayne de una pieza.
No hay deconstrucción, ni cuestionamientos, ni comparación con sus villanos: BRUCE ES EL HÉROE.
Y eso hace que, cuando pase por su peculiar descenso a los infiernos, todo se sienta mil veces más trágico.
Por eso, cuando se abre el compartimento que contiene su traje, somos nosotros los que queremos saltar y ponérnoslo. Si acaso por que, en un mundo plagado de dudas, EL SABE CUAL ES SU MISIÓN, como recordará en unos memorables diálogos justo antes del climax.
La película además triunfa donde las últimas de imagen real han fracasado: en mostrar que los padres de Bruce pueden tener oscuros pasados y no por eso disminuir al héroe, sino hacerlo aún más grande.
En una película SIN JOKER, este Batman que se mueve en una Gotham de hechiceros, sectas y maldiciones resulta infinitamente más fresco que el oficial y su reducido enfoque de la Gotham de familias criminales que perpetua el YEAR ONE ad nauseam.
Si el Elseworld ha sido escogido para encumbrarlo en esta película es por que es una historia que, en realidad, se podría escribir -y, por partes, ya se ha escrito- con el Batman oficial.
Pero esta tiene esos placeres culpables de ver a Talia homenajeando las amenazas a lo Fu-Manchu, a Ra's Al Ghul tomar el papel de Adul Alhazred, a los sidekick de Batman convertidos en esos huérfanos navieros de Jules Verne y a un Alfred más histriónico, británico y..."ALFRED" que nunca. Ya saben, ese que no asoma por las películas de imagen real, dejando por lo tanto al protagonista sin nadie que le de "pies" (de frases) ni respuestas.
Pero si hay un hallazgo en la cinta es la versión de Oliver Queen, convertido en Gran Cazador Blanco, alcohólico, juerguista, chistoso, cantarín y sin embargo guardian de un gran y oscuro secreto.
No creo que a ninguna de las versiones de Batman se haya añadido un personaje tan plausible y encantador al menos desde que Leslie Thompkins y Harvey Bullock se unieron al casting.
Y por supuesto: un personaje se define por los que lo rodean. Sin creaciones de esa altura, todo resulta plano.
No quiero que se me olvide una banda sonora magistral y de época, al igual que impecable diseño y ambientación completado por dichos diálogos y caracterizaciones de aquellos Felices Años Veinte.
Y la presentación del Batmóvil más épica que han visto nunca.
Quizás para diferenciarlo del similar Batman de Gotham by Gaslight, el final de la aventura se toma algunas libertades discutibles.
Pero aún con ellas no cejamos en el deseo -ideal, no material- de guionizar nuevas aventuras de esta versión del personaje. ¡Por delante de las del oficial!
Y si no, al menos, regresar a su mundo y verlo expandido.
Eso es para nosotros un TRIUNFO.
Concluimos con una reflexión a la inversa: Si este Batman ha funcionado a las mil maravillas, prueben a quitar del oficial todo lo que no esté aquí.
¡A ver qué ocurre!
¡ Oh, y por favor, no nos pongan en la diatriba de salvar de un fuego esta cinta o MASK OF THE PHANTASM...! ;-p
Es una buena peli, pero ya el cómic era bueno (aún habiendo Elseworlds bastante mejores como La Edad Dorada y la primera miniserie de El clavo.
ResponderEliminarDisculpa SUS0, pero THE NAIL no tiene un buen guión -o guión alguno-. Es lo de siempre: DAVIS DIBUJANDO LO QUE LE GUSTA.
ResponderEliminarComo lo dibuja muy bien, no nos fijamos en lo demás.
Y The Golden Age, sello aparte, NO ES NINGÚN ELSEWORLD. ;-P
Muy buena peli!!! La busqué y me enteré de ella con el post que hiciste acá. Me alegró la noche de ayer! Ojalá encontrase algo en comics de superheroes en la actualidad donde lo que prima es la historia (además de buenos dibujos).
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