viernes, 3 de febrero de 2023

CONCIENCIA CÓSMICA: EL UNIVERSO MARVEL ESPACIAL POR EL EQUIPO DE SALA DE PELIGRO

Ahora que, ante un poco convincente plan de James Gunn para DC, uno se vuelve a preguntar "¿Como lo ha hecho Marvel Studios...?" pues la respuesta sencilla es: Con Kevin Feige y todos los grandes tebeos que se ha leído de esta editorial. 

Nacido en los años 60, dirigida por Stan Lee, contratando a genios como Kirby o Ditko, y con una estructura que se fue formando principalmente por autores jóvenes que ya eran fans, los cómics Marvel supusieron una revolución creativa sobre todo en temas y en la profundidad, realismo y relevancia con que se tocaron. 

Desde entonces, DC Comics ha ido "corriendo detrás", y con la salvedad de la etapa de los 80 -Jenette Kahn es la "Jim Shooter" de DC-, con el "hurto" de autores a Marvel y la Brithis Invasion, todavía no la ha pillado.


Este ameno, documentado, completo y en ocasiones agudo librito repasa en cuatro apartados la evolución de ese universo en lo que atañe a los llamados personajes CÓSMICOS, esto es, espaciales/extraterrestres o el propio panteón mitológico de esos dioses cósmicos arquetípicos que encarnan las propias fuerzas que rigen ese universo. 

Aunque ninguno de los colaboradores desmerece en su labor, aprovecho para congratularme de que sea mi querido, admirado, erudito y viejo amigo Enrique Machuca el que abra fuego encargándose de la Edad de Plata Marveliana y los primeros trabajos de Jack Kirby -lo de citar la versión de los hechos de Stan Lee se lo perdonamos, por que su contribución es indudable y -tras un reciente repaso que hice a sus FF- invaluable, pero aún así, inexacta, parcial y caduca.
   

Machuca se admira de que el Universo Marvel ofrezca respuestas sobre los orígenes del Universo a las que ni la Ciencia ha llegado ni seguramente le corresponde llegar -tratando siempre de los COMO y nunca de los POR QUÉ, pregunta que es la que nos hace humanos-. 

 Bien, esa es la labor de la ficción y de la moderna mitología ESPACIAL -ahora ya mundial-, que es lo que siempre han sido estos cómics, nuevas versiones de antiguos relatos.
   

Estabamos leyendonos "la ficha" de Machuca -los tebeos los tenemos bien estudiados-, cuando el siguiente capítulo, por Sergio Aguirre, tiene un enfoque biográfico sobre el heredero de Kirby, Jim Starlin -homenajeado por este en la figura de Pip El Troll y su puro, cosa que o no sabíamos hasta ahora o no recordábamos. 

 Y tan completito es el artículo que arranca comentando su primer trabajo en el DOCTOR WEIRD, personaje de fanzines en los 70 que Starlin dibujó sobre guiones del mismísimo G.R.R.Martin. 

Para este pastiche de Mr. Justice/The Spectre, Martin creó toda una mitología infernal que a penas tuvo ocasión de explorar.
   

Pero lo curioso es que -lo crease Martin o trabajase sobre ideas de Starlin- es que es en estas historias -recopiladas luego por su actual propietario, Big Bang Comics, y homenajeadas en esta ilustración de Joan Vives, con quien un servidor prepara una aventura que reescribe el origen del personaje- donde se ensayan toda esa nueva mitología griega pasada por lo cósmico, con la aparición de unas "Fatas", una Valkiria, etc... 

 No solo Starlin se "llevó" el diseño de Weird para incorporarlo a su Drax, sino que este mismo es el que está a a base de la apariencia y poderes de La Vision, de D'Spayre y aún más tarde de Demon Hunter y Devil Slayer, los personajes de Buckler. Seminal, que se dice.

 

Sergio continua con los trabajos de Starlin en Captain Marvel y Warlock, las mejores historias como guionista, totalmente inspiradas -no sabemos por cuales de las drogas que tomaba- y que superan con mucho a la diluida versión fílmica de Thanos.
    

¡Por cierto, me acuerdo ahora que se os puede haber pasado hablar de Darklon the Mystic (Pacific), que forma parte de este universo e incluso reaparecería luego, convenientemente disfrazado, en la Infinity Watch.
   

La Odisea de la Metamorfosis, zenith artístico del autor junto a las novelas gráficas de Dreadstar y The Price, privaron ya al universo Marvel de su "segundo Jack Kirby" y son lectura obligada para fans de este autor.
   

Pedro Monje es el encargado de hacer un análisis concienzudo de ese hito que fue La Muerte del Capitán Marvel, una novela gráfica que me marcó y de la que tuve ocasión de discutir con Starlin, para decirle que, a pesar de la maestria en la ejecución y la muerte por cancer de su padre, yo no creía que los héroes tuviesen un final tan siniestro. 

 Y aún hoy en día, resucitaría a Mar-Vell -ya lo hizo Ross, y no se nombra- en un pis pas. ¡Total, a lo hace toda su familia, para eso, mejor el original!

 

Cubiertas también están las más famosas aventuras de Thanos y su troupe: la Trilogía de Sagas del Infinito, que todos en los 90 devoramos -como hacíamos aún con casi cualquier cómic.
     

No obstante, la cosa acabó siendo cargante, y por más que a mi me fascinasen personaje como Warlock, lo acabé abandonando por aquel entonces.
       

Aventuras como The End, Infnity Abyss y los primeros números de Thanos recuerdo haberlos disfrutado hasta cierto punto, pero me indignó el truco de Starlin anulando la presencia del verdadero Thanos en media docena de proyectos cruciales escritos por otros autores. 

Englehart hizo otro tanto con Mantis (es a quien le copió el truco). ¡Imagínense que cada guionista hiciese algo similar! ¡Adios al Universo Marvel!
     

De la tanda final de novelas gráficas, realizadas al alimón con Alan Davis, tengo aún la duradera impresión de que mejor que no hubiesen existido. 

Poco hay en ellas memorable, salvo lo gráfico. Y Starlin le dio una docena de vueltas de más a sus personajes y conceptos, aislados ya en cualquier caso del resto del Universo Marvel.

Por último, Íñigo Rodriguez se ocupa del postrer renacimiento de esa línea, ya bajo la égida de los Guardianes de la Galaxia como grupo principal y aglutinador. 

Comics que podemos decir que hemos leído y olvidado. No fuimos nunca y persistimos sin ser fans de Abnnet & Lanning. Si de sus eficientes agentes. 


 Y, hablando de olvidos, Iñigo atribuye la llegada de Star-Lord a la Universo Marvel a Giffen, cuando en realidad fue la muy meritoria labor de Pacheco y Marin en su miniserie de los Inhumanos.

Especializado en cine Marvel, incluye en su apartado un comentario de las películas de estos personajes, cuya conclusion esperamos ansiosos poder disfrutar, dentro de que la visión de Gunn del apartado cósmico del MCU no coincide con nuestros gustos personales.
     

Como viene a decir su artículo, la explotación de estos personajes en docenas de series y miniseries ha contrinuido por desgracia a su vulgarización y, aunque acaban de anunciar su retorno, no gozan ya ni del álito intelectual de las historias de Starlin, ni tampoco de las intuiciones místicas de Jack Kirby.
 
Aunque no anime a seguir leyendo cómics de la franquicia, recomendamos efusivamente este libro a todos los que quieran descubrir los orígenes en los cómics de la Saga del Infinito cinematográfica, así como muchos de los desarrollos de la Fase 4. 

 Y por supuesto, quienes como yo ya hayan leído repetidamente esos cómics, tienen en esta lectura interesantísimas reflexiones y razón para repasarlos una vez mas, lo cual es INFINITAMENTE más enriquecedor que leer cualquiera de los actuales.

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