martes, 19 de julio de 2022

SAGA INTEGRAL VOL. III

Paternidad. Maternidad. Racismo. Prejuicios. Antibelicismo. 

Son alguno de los mensajes de este cómic, uno de los más premiados y longevos del panorama actual.
El panorama actual americano no es que sea especialmente notable: El mainstream superheróico ha caído acosado por todos los males y por lo general el consecuentemente reducido espacio independiente, logrando eso si mantener los mismos creadores de manera seriada, tiene -siempre ha tenido- dificultades para alcanzar la complejidad, los momentos épicos y la pasión de los lectores que disfrutase con un género que ahora, quizás sabiamente, evita.
A mi el dibujo de Staples me sigue pareciendo meramente funcional. No es una artista a cuya cola me fuese yo a poner para trabajar con ella. 

Algo también se ha perdido comparándola con otros figurones de los años 90 o aquellos que, trabajando hoy en día, aún mantienen un status creativo similar.
En cuanto a Vaughan, no dudo de su talento. Pero no puedo evitar que, en lo argumental, está alargando muchísimo más de lo aconsejable una historia que no ha añadido nada nuevo ni esencial desde los primeros números: la familia sigue cazada por sus perseguidores y lo único disfrutable son momentos de caracterización de personaje acá y allá pero que difícilmente justifican tragarse las dos docenas de episodios de este tomazo.

Por cierto que en ninguno de ellos se toma el autor la molestia de recapitular un poquito el status quo, en caso de que algún despistado u olvidadizo lector no tenga presente los anteriores.

 También hay que tener en cuenta que yo ni tengo pareja, ni hijos, ni pienso tenerlos. Lo de la Guerra igual me acaba pillando más de cerca.

Debe haber cómics para todos, pero me cuesta imaginar a que lector le puede este resultar tan revelador y catártico como para mi lo fue SANDMAN.

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