GEORGE PÉREZ: "¡HÁGASE EL ORDEN..!"

A diferencia de Neal Adams, no tengo una buena anécdota de mi encuentro con Pérez. Tengo una mala. 

Durante una de sus visitas a Avilés intenté hacerle una entrevista. La cosa ya estaba masificada por entonces, y solo concedió que le fuera preguntando mientras continuaba haciendo dibujos a sus fans. ¡Ese era George, todo para sus fans...al menos los que piden dibujitos! 

Viendo que la cosa no iba a ningún lado, me rendí a las dos o tres preguntas y, tonto de mi, también me quedé sin dibujo.

   

Tampoco importa, pues todos los dibujos que ha hecho Pérez han sido para mi. Y para vosotros, claro. 

Es esa cualidad UNIVERSAL de sus dibujos la que lo ha convertido en la mayor estrella del firmamento comiquero.

   

Dice mucho de mi -quizás demasiado, en todos los aspectos- que, de poder pedirle, le hubiese pedido un PARIAH, el inconsolable personaje de CRISIS. 

El pasado sábado, todos fuimos Pariah y derramamos lágrimas por el fallecido demiurgo.

Se puede hablar de Universos Marvel y DC, pero realmente no existen -no existieron- hasta que llegó alguien capaz de dibujarlos en-un-solo-dibujo. 

Independientemente de los cómics que leyese o cuanto los disfrutase, George Pérez tenía esa cualidad de FANBOY que le forzaba a dibujar a TODOS LOS PERSONAJES, allí por donde pasase.

   

Y en su zenith, los dibujó como nadie. Bueno, como nadie menos John Byrne, que tampoco fue manco. 

Habría y hay artistas buenos, regulares y malos, pero la llegada de George Pérez a cualquier serie siempre llevó a esos personajes a distancias estelares de lo que hubiese hecho cualquier otro de sus predecesores.

   

Lo dibujó todo, lo dibujó como nadie y lo dibujó...EN-SU-SITIO. 

Creo que si hay que resumir el trabajo de Pérez esa es la clave que nos fascina: Que en esos y en nuestro universos EXISTE UN ORDEN y el lo expresó en sus multitudinarios dibujos de alineaciones de supergrupos.

A pesar de que enfermedades como la suya cuestionan esa intución, también su despedida ha sido una lección de vida.

   

Como creyentes absortos elevando la vista en la Capilla Sixtina, los dibujos de Pérez nos causan un místico trance que nos permite, más allá de nuestras rutinarias vidas, apreciar el SENTIDO DEL TODO.

   

No menos importante en sus cualidades es la capacidad de representar a los superhéroes como PERSONAS REALES, desde su singular fisonomía a los más íntimos momentos. 

Había ya leído seguramente sus Fantastic Four contra los Siete de Salem en los complementos de Bruguera, también había conocido esa batalla cósmica entre Korvac y Starhawk, con sus consecuencias universales,  pero fue al abrir el nº 19 de los Nuevos Titanes que comienza con la escena de Cyborg con los niños en Central Park, tirándose bolas de nieve, cuando me enamoré de su trabajo, de los Titanes y del Universo DC, que el solito recreó y sin cuyo trabajo ni siquiera existiría actualmente. 

 Si es que existe...¡por que qué poco han aprendido de aquellos cómics!

    

Yo si he aprendido un par de cosas, y aunque ya no llegará a leerlos, puedo estar orgulloso de que su enfermedad y deceso nos haya pillado ya HOMENAJEÁNDOLO de la mejor manera en que el nos enseñó: Haciendo cómics dedicados a su figura.

   

Sentimos no poder haber hecho más. 

No por jugar como hizo el con miles de personajes, y dejar también nuestro sello en ellos, sino por poder emular su filantrópica labor con tantas asociaciones y por dejar, como, no tan buen recuerdo en cientos de miles de fans. 

Por poder mejorar no solo los universos de ficción, sino también el de verdad.

    

Pero eso es lo que nos enseñó el autor de "¿Quien es Donna Troy...?" 

Que al final encontraremos respuestas y que, aunque seamos uno de esos superhéroes segundones de los que nadie se acuerda, también tenemos nuestro lugar en el GRAN DIBUJO del mundo.

Con esas cosas que tiene el Destino y el Arte George Pérez ha muerto a la vez que Wanda Maximoff, uno de los personajes que más individualizó...ummm..."estrenaba una película".

Cosas de brujas..."Haberlas, Haylas".