Y lo peor es que todos imaginamos que, igual que se ha creado este, se pueden crear dos docenas infinitamente más letales, capaces de destruir nuestra civilización en pocos meses.
Pero antes de que me sitúen ustedes en el espectro conspiranóico -y creo que todos lo estamos ya un poco, a la fuerza- a lo que me refiero es a que, en el caso de que se trate de un virus de laboratorio, si es que alguien tiene esa información, NO NOS LA VAN A DAR, por razones obvias.
Semejante certeza nos fuerza a cuestionarnos cuanto hay de verdad y cuanto nos ocultan los gobiernos, con la connivencia de los medios de comunicación, cuyos intereses cada día aparecen más alejados del nuestro particular y del general.
Luego está el asunto de nuestros políticos, esos a los que no les importa mentir un día para ser descubiertos el siguiente por que, en el fondo, nada va a cambiar, sobre todo por que cualquier cambio lo tienen que autorizar ellos.
Los idealistas republicanos que derrocaron monarquías se deberían ir despertando a la realidad de que solo han sustituido a un felón por una HIDRA DE MIL CABEZAS -¡Hail, Hydra!-, y para el pueblo llano nada ha cambiado, Pan y Circo. Y el Circo, con más fieras que nunca.
Johnathan Swift fue el primero en reflexionar sobre ello en este panfleto que planeaba ser el esquema de una obra nunca abordada.
Y, para que no se fíen de lo que leen -ni de nada- sin comprobarlo, ya les anuncio de que, en realidad, NO FUE SWIFT EL AUTOR DEL PANFLETO. ;-P
Lo cual no le resta interés, al contrario. Léanlo y no se crean ni siquiera lo que vean aquí.
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