Me gusta el concepto de mezclar Fantasía e Historia, en este caso la Primera Guerra Mundial, pero no he conseguido por el momento meterme dentro de sus aventuras.
Otra cosa es disfrutar de los dibujos de Pacheco: sus originales shots en las batallas aéreas, su detalle al recrear los panorámicos e históricos escenarios, el humano lenguaje corporal de todos los personajes, incluídos los fantásticos, o esos pequeños momentos y detallitos como los protagonistas compartiendo unas cervezas.
El entintado de Fonteriz es más ténue y delicado que el de Merino, con menos textura y espectacularidad, pero evocando más a la ilustración clásica de fantasía.
Ahora, más que nunca, esta serie esta mucho más cercana al cómic europeo que al americano, que corre ya como pollo sin cabeza.
Y de la magnífica selección de portadistas no hay que decir nada, por que a la vista está. En este caso Kerslch, Renau y Smallwood.
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