Bellísimas imágenes de San Petersburgo en la noche se alternan con las que repasan el nacimiento de esta "Venecia del Norte" cuyas calles -que comparten arquitectura al planificarse de una sola vez- e islas unidas por puentes son descritas como irreales y fantasmales.
Héroes militares, escritores y artistas la han poblado desde sus orígenes a los oscuros días de la resistencia al asedio alemán y el Hermitage es el mejor testigo de su historia, recopilando arte de todos los periodos desde la creación de esta ciudad de diseño, representante de la parte de esa inmensa Rusia influenciada y moldeada según los gustos y estilos europeos.
Desde el edificio a sus incontables obras de arte, la mayoría no expuestas, el Hermitage es descrito como un "arca" que navega los mares del tiempo, conservando para nosotros la gloria de aquellos tiempos, brillantes y terribles, que narrara Dostoievski y de cuyos horrores tan solo la princesa Anastasia escapase en su moderno mito de la Caída.
El Arte y el Tiempo son los únicos capaces de redimir los horrores de la Historia.
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