EL ESPÍA INGLÉS: EN TIEMPOS DIFÍCILES, DOS HOMBRES PUEDEN SALVAR EL MUNDO

Greville Wynne, ingeniero eléctrico y representante de empresas -interpretado por Benedith Cumberbatch, es reclutado en el zenith de la Guerra Fría para que sirva de correo de las filtraciones que un científico ruso realiza sobre la política bélica de Krucheff  y enviado a Moscú con el pretexto de hacer negocios para regresar con los envios.

   

A lo largo de sus viajes forjará una amistad personal con su contacto. Pero cuando se desate la Crisis de los Misiles de Cuba, un postrer viaje para extraerlo no saldrá según lo planeado.

   

La película trae a la actualidad no solo la heróica contribución de miles de personas que no eran espías profesionales sino el terror y peligro que suponían -suponen- aquellos países con regímenes dictatoriales. 

Hoy no solo permanecen iguales o más implacables aún en muchos lados, habiendo aprendido a hacer lo mismo que antes pero a poner una sonrisa de Signal al resto del mundo.

    

Y no solo Cuba, Venezuela, Corea y tantos países africanos con sus recientes golpes de estado son así, seguramente muchos otros tienen un funcionamiento interno similar, solo que ni siquiera llegamos a percibirlo. 

Y al poder de los países súmenle el de las grandes corporaciones, o los poderes económicos, o los de cualquier grupo cuyos planes no incluyen respetar al 100% las leyes de los países democráticos y los derechos humanos. 

 Como decía Lovecraft, "vivimos en una plácida isla de ignorancia" y las amenazas que nos rodean son mucho más reales que los Dioses Primigenios, y ni un punto menos siniestras. 

Valga este film para recordarnos lo que seguramente gobiernos e informativos nos ocultan. No es algo que pasó. ¡ESTÁ PASANDO!