Así que el autor de esta novelita corta no lo ha tenido muy difícil a la hora de encajarle este proyecto en M.A.R. EDITOR, sello en el que no falta la Ciencia-Ficción, Terror y Fantasía y cuyo catálogo los entendidos no deben dejar de escrutar en busca de joyitas como la ya mencionada.
Mitad novela gótica, mitad romance científico, el relato largo de Pedro González cuenta absolutamente con todos los tópicos del género presentados de una manera muy personal:
Un científico loco -o eso le llama una de las víctimas de sus experimentos- que es a la vez positivista y que por las noches investiga sobre la existencia del alma, una carta maldita, un abad sabio, una catedral que fue lugar de oscuros ritos satánicos...
Estamos ante una novela "Frankestein" en más de un sentido, "Igor" incluido, en donde no sabemos si nos deslumbran más los chispazos eléctricos de las dinamos del laboratorio o las espectrales apariciones y leyendas que rodean un templo más maldito que el de Indiana Jones.
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