Se trata de un instinto, una fuerza que nos impulsa y nos domina, consciente o inconscientemente, en todos los aspectos de nuestra existencia, a veces hasta la muerte o el desastre, además de traernos, eso si, algunos buenos ratos de cuando en cuando.
Lo que en su día resultase polémico, transgresor y sacrílego hoy, casi, casi, se ha convertido en chascarillo de conversación de comadres.
Miguel Ángel Martín, igual de brillante pero quizás más domesticado y sagaz -como terminamos todos con los años, al menos "domesticados"-, recupera uno de sus temas favoritos en forma de tira de humor, la protagonizada por Pussiecat y Bunny.
Como unas nuevas Pepi, Luci y Bon las chicas comentan sin tapujos sus filias y fobias sexuales, algo que sin duda refleja mas o menos fielmente lo que pasa hoy en día dentro y fuera de nuestros confinados hogares, donde la pulsión sexual, entre otras, nos está arruinando poquito a poco el país a base de repuntes de la Pandemia.
Pensamos con la vulva y el pene, de eso no cabe duda ahora.
Además de repasar de manera humorística esas aventurillas sexuales -como diálogos, no hay en esta ocasión nada explícito, Martín aprovecha para dar el siempre necesario repasito a nuestra sociedad, tan hipócrita y con tantos tabus aún hoy en día.
Prohibiciones y miedos que pueden traer y traen tantos desastres como la pulsión sexual.
A veces se puede decir más con un chiste que con una tesis universitaria.
Revelador, divertido, sencillo de leer y bello de mirar, con el depurado trazo de Miguel Ángel Martín.
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