viernes, 20 de noviembre de 2020

DE GAULLE: EL HOMBRE QUE FUE FRANCIA

Los de mi generación seguro que no recuerdan con demasiada emoción las clases de Historia en EGB o hasta en el Instituto. 

 Así que como refresco nos vienen de perlas estas películas que, a modo de biopic, repasan momentos claves de la historia que, al menos viéndolos en pantalla, ya no se nos olvidarán ni causarán confusiones jamás.
El General De Gaulle se opuso a la rendición de Francia ante el embate alemán en la Segunda Guerra Mundial, encarnando la Francia Libre, esa a la que cantaban La Marsellesa los personajes del café de Ricks en Casablanca.
La película lo muestra como un hombre decidido, patriota y sobre todo, solitario, traicionado por políticos pusilánimes y enfrentado a su superior el Mariscal Petaine, héroe de la Primera Guerra Mundial, que no solo era germanófilo sino posiblemente bastante fascistillo e hizo todo lo posible por la rendición y colaboración con la Alemania Nazi.
En el lado opuesto, Churchill, retratado o casi parodiado aquí en toda su grandilocuencia y arrolladora personalidad, único sostén de un DeGaulle aislado y traidor a la Francia que capituló.
No estaba solo únicamente en los asuntos militares y políticos: durante los momentos más tensos, también su propia familia estaba perdida -entonces no había móviles- intentando evacuar la Francia ya conquistada por los Nazis. 

 La película hace especial incapie en la familia de De Gaulle y en su pequeña hija, con síndrome de Down, quien sin duda no hubiese tenido mucho futuro en una Francia regida por los alemanes.
De donde se puede sacar la conclusión que ha veces hay razones ulteriores para lo que en principio uno podría tomar por mala suerte en la vida.

 La integridad y valentía de personajes así han cambiado la historia con un mero discurso. Ni que decir tiene que nos hacen falta MUCHAS PERSONAS COMO DE GAULLE HOY EN DÍA.

 

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