Aunque aparentemente a nuestra generación escuchar los cuentos tradicionales no nos ha causado ningún trauma irreparable, quizás sea cierto que algunos de sus contenidos no se acaban de adaptar a los actuales valores sociales o pedagógicos.
Frente a esto, caben varias soluciones. Los hay quienes, saltándose todo el simbolismo del cuento, denuncian que el beso del Príncipe a la Bella Durmiente FUE VIOLACIÓN por no pedir consentimiento antes -algo harto difícil, estando encantada hasta entonces-.
Así, al Lobo Feroz un sobrino suyo le ha salido "rana", ni asusta, ni devora abuelitas, ni nada de nada. ¡A ver que hacemos con el chaval, puro Nini, carne de Hermano Mayor!
Por último, en el relato que a mi me ha parecido más instructivo para los tiempos que corren, El Lobo Feroz se monta un negocio de merchandising de El Gato Con Botas, y todos los niños del bosque pican una y otra vez, enganchados a los nuevos juguetes de su ídolo.
Historias que defienden la individualidad, la persecución de los propios sueños y que advierten sobre nuevos peligros que acechan a los jovencitos a la vuelta de la esquina.
Frente a esto, caben varias soluciones. Los hay quienes, saltándose todo el simbolismo del cuento, denuncian que el beso del Príncipe a la Bella Durmiente FUE VIOLACIÓN por no pedir consentimiento antes -algo harto difícil, estando encantada hasta entonces-.
Frente a aproximaciones así de torpes, El Hematocrítico hace algo mucho más creativo, brillante y sorprendente: Utilizar a los personajes de los antiguos cuentos, todos mezclados cual universo superheróico, para narrar nuevas historias que desafían las antiguas concepciones sin tener que arrastrarlas por los suelos.
En este tomo recopilatorio se incluyen los tres volumenes que, ilustrados por Alberto Vazquez, componen hasta hoy ese "cuentoverso" que agrupa a todos los personajes de nuestros cuentos infantiles, unas secuelas más inesperadas que la Star Wars de Rian Johnson.
En este tomo recopilatorio se incluyen los tres volumenes que, ilustrados por Alberto Vazquez, componen hasta hoy ese "cuentoverso" que agrupa a todos los personajes de nuestros cuentos infantiles, unas secuelas más inesperadas que la Star Wars de Rian Johnson.
Así, al Lobo Feroz un sobrino suyo le ha salido "rana", ni asusta, ni devora abuelitas, ni nada de nada. ¡A ver que hacemos con el chaval, puro Nini, carne de Hermano Mayor!
Ricitos de Oro se ha reciclado en detective y superheroína del bosque, y anda aleccionando a los Osos sobre los daños cervicales si no ponen más cuidado con sus colchones. ¡Por no hablar de la mala costumbre de dejar las gachas en el fuego e irse de la casa!
Por último, en el relato que a mi me ha parecido más instructivo para los tiempos que corren, El Lobo Feroz se monta un negocio de merchandising de El Gato Con Botas, y todos los niños del bosque pican una y otra vez, enganchados a los nuevos juguetes de su ídolo.
Creemos que su lectura es esclarecedora para formar jovencitos que estén prevenidos frente a las aviesas intenciones manipulativas de las compañías jugueteras y, aún más allá, las grandes corporaciones que nos empujan a todos al consumismo.
Historias que defienden la individualidad, la persecución de los propios sueños y que advierten sobre nuevos peligros que acechan a los jovencitos a la vuelta de la esquina.
Y pueden ir comprando dos ejemplares: Es para los niños pero los papás se van a carcajear de lo lindo viendo...¡¡¡COMO HA CAMBIADO EL CUENTO!!!
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