Como en volúmenes anteriores nos subyugan las impresionantes splash con flashbacks a la Iliada y la Guerra de Troya que abren el volumen y nos hacen desear un tanto que todo el tebeo versase sobre ella y se dibujase tan impresionantemente.
Pero Telémaco y su cada vez más numerosa tripulación continúan su viaje tras las elusivas huellas de Ulises y en esta aventura llegan a un poblado de diminutas criaturas azules vestidos de blanco escondidos en el bosque.
No son los Pitufos, sino los salvajes -y caníbales-Lestrigones, aquí mostrados como unos trolls indígenas muy simpáticos.
Por momentos nos recuerda la visita de los héroes de Star Wars al poblado de los Ewoks, y no debemos ir muy desencaminados, por que NO ES NI MUCHO MENOS LA ÚNICA REFERENCIA A STAR WARS.
Muy bien traída, por que sin duda hasta la saga galáctica queda siempre bajo el influjo arquetípico de la Odisea.
La otra parada es en Esparta, mientras un misterioso personaje suplanta a otro y trama un ataque a Ítaca.
Muy sugerente la reimaginación de los Mirmidones de Aquiles como guerreros-hormiga con alas y todo.
Probablemente, en el siguiente tomo los personajes regresen ya a Ítaca, pero desearíamos que siguiensen sus aventuras por el mundo mitológico griego solo por ver como lo diseña Kenny Ruiz.
Un tebeo que nos hubiera gustado tener de adolescentes y así haber penetrado mucho antes en los Misterios que inspiraron todas estas historias.
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