Enternecedor, encantador, esperanzador, delicadamente bello son algunos de los epítetos que nos vienen a la mente tras la lectura y disfrute de este cuento ilustrado por Mike Bonales.
En el versiona magistralmente su experiencia y la de su familia con su hijo, nacido con problemas de epilepsia por un defecto en el cerebro, y como lidian con ello, con la operación y con sus secuelas.
Así, se nos cuenta la vida de una familia que van de acampada y escalada al campo y encuentran un niño nacido de un trozo de Luna, Cachito.
Magos y hadas buenas les ayudarán en su travesía.
Laberintos y pruebas habrán de superar unidos, y en el cuento, que no tiene final, aún les quedan muchas aventuras por superar.
Una Labor de Amor que se respira en cada palabra y en cada dibujo.
Sin hacer de menos la genial idea de contar así sus experiencias, lo cual a buen seguro forma parte del proceso de sanación, yo me he quedado especialmente fascinado por el encanto de las ilustraciones.
A "Cachito" y su familia le deseamos lo mejor, y al autor una exitosa carrera donde pueda seguir sumergiendo en mundos tan mágicos como este.
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