¡Como han cambiado los cuentos!
En los que leíamos nosotros no se fomentaban en absoluto aquellas actividades "prohibidas", como no fuera para mostrar las terribles consecuencias de practicarlas.
Quizás se trate de que a los niños, a base de leer sobre chapotear en charcos, se les va a quitar las ganas de hacerlo en la realidad.
O eso, o al menos lo harán en condiciones, con sus botas hasta arriba.
El caso es que Jasmine no se deja charco por patear y animal por salpicar.
Y lo acaba pagando... ¡Quizás los cuentos no han cambiado tanto!
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