El nuevo libro de Dilatando Mentes Editorial ha hecho conmigo totalmente honor al nombre de este, uno de los nuevos y singulares sellos editoriales.
Victor Castillo hace un trabajo definitivo estudiando las obras de los no-tan-grandes autores de Terror que aprovecharon el boom del género en los años 80 y 90.
Lo cierto es que a mi personalmente, no me sonaba ni uno, seguramente debido a que ni siquiera he encontrado tiempo u ocasión para leer ni tan siquiera a King o Baker.
James Herbert, Graham Masterson, John Farris, Richard Claymon, Jack Ketchum, Shaun Hutson, Kathe Koja y Poppy Z. Brite puede que no sean tan conocidos como los ya mencionados, pero os aseguro que no han sido menos productivos, creando centenares de novelones de quinientas páginas, esos que solo hemos visto de refilón en las librerías de los aeropuertos.
La obra recoge la biografía de esos escritores más unos detallados resúmenes y comentarios de sus mayores obras. No deja de dar algo de terror imaginarlos esclavos de su máquina de escribir durante décadas, casi como el prota de Misery.
Pero desde luego tanto para escritores como para curiosos como yo que dudosamente tendremos ocasión de sumergirnos en estos mundos de pesadilla, el libro supone toda una experiencia, un oscuro paseo adentrándonos en las mentes -y los recursos argumentales retorcidos o comerciales- de toda esta pléyade de autores que marcaron una época aunque su fama ahora se haya diluido.
Si conviene advertir que la característica común de estos autores no es ya el TERROR, sino un terror retorcido, pervertido, oscuro y perturbador. Da Canibalismo y demás parafilias sexuales para arriba, vaya.
Ahora si eres escritor y andas cortos de ideas, creo que encontrarás en sus alambicados argumentos una fuente inagotable de las mismas.
Felicitar por último al autor, no solo por la proeza de leerse una biblioteca entera de estos -no siempre buenos- relatos y novelas, sino por la agilidad con que las resume y comenta, haciendo ligero y entretenido atravesar este particular manicomio.
Lo hace sonar mucho menos terrorífico de lo que seguro fue...
Tengo el libro rojo de en medio, Horror 2, en casa de mis padres...
ResponderEliminarA nivel personal, más allá de la calidad de (algunas de) las obras, les atribuyo un valor melancólico adicional; eran los libros que podía leer en mis juveniles vacaciones estivales, fuera de las lecturas recomendadas por educadores y pedagogos. Lecturas que buscaba merodeando en mercadillos de feria, sintiéndome como Indiana Jones en un zoco, en una época en la que el concepto de librería especializada era un sueño.
Y hasta aquí mi terapia regresiva :)
Si no recuerdo mal, en Horror 2 salía el relato de La Balsa, de Stephen King, que luego se adaptaría en la película Creepshow 2.
Sam