viernes, 27 de diciembre de 2019

MUJERCITAS: UN LIBRO DE ENCANTO INMORTAL

¿Que se puede añadir a una adaptación de Mujercitas tras cuatro anteriores y media docena más de versiones televisibas...?

Pues Greta Gerwing nos advierte al principio de la película que lo que ha añadido es...DESORDEN NARRATIVO: En esta nueva versión se comienza contando cuando las protagonistas tienen ya la edad adulta, y recuerdan su infancia mediante flashbacks que, en la parte central se vuelven algo confusos, por que ya no se sabe que es recuerdo y qué actualidad.


Otra novedad es que se hace incapié en la narración como ficción, bien la escrita por Jo, bien la que todos construimos al recordar nuestro pasado.


Claro, como las actrices son escogidas para interpretar la edad adulta, quizás resultan menos infantiles que otras veces, particularmente la menor. Pero si tienen el valor de ser estrellas ya casi consagradas o por consagrar


Laura Dern y Meryl Streep son apuestas seguras en el campo de los personajes adultos, y Timothy Chalament se convierte también en el joven galán de moda tras su paso por esta cinta y la última de Woody Allen.


Su personaje de vecino millonario aparece un poco más crápula que de costumbre en esta cinta, que tiene en el fondo un amargo mensaje sobre cómo crecemos y nos volvemos diferentes y ya no podemos disfrutar de los mismos placeres y compañías que en la infancia y adolescencia, aunque quedan otros.


Sobre la Jo de esta versión, tan masculina, arrojada, independiente y...solitaria, planea una cierta caracterización de lesbianismo, lo que justificaría que -al menos fuera de su propia ficción- no acabe casada con nadie. También es natural, que entre cuatro hijas una salga sexualmente diversa.


Lo que si podemos disfrutar son los decorados y localizaciones, los paisajes, más realistas e impresionantes y menos acartonados que los del Hollywood clásico, no por ello menos adorable.

También se resaltan las diferencias de carácter e inclinaciones de cada hermana que, puesto que recuerdan de alante a atrás, parecen ahora llevar muy distintas trayectorias, acordes a estos.


Y para todos los que nos consideramos creativos, Tia March tiene unas cuantas lecciones sobre lo necesario que es que alguien en toda la familia tenga dinero como para sostener nuestros delirios...


Una versión un poco más dramática y apegada a la realidad, pero que, a pesar de la confusa cronología de los episodios, no deja de funcionar y arrancarnos lagrimitas en los momentos de rigor.


¡A ver si tenemos suerte y alguien se anima con las dos continuaciones que Louise May Alcott escribió de la novela!

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