Tras el bombardeo a Pearl Harbour, "que vivirá en los anales de la Infamia", el ejercito japonés se prepara para un nuevo ataque para liquidar lo poco que ha quedado de la flota americana en el Pacífico, y así tener vía libre para su conquista y la de la América continental.
Patrick Wilson es un oficial de inteligencia que avisó del ataque japonés y no fue creído, y ahora debe trabajar con el nuevo mando -encargado en un Woody Harrelson sorprendentemente imponente- para elevar la destrozada moral de los pilotos y marinos y predecir el nuevo ataque de los japoneses: la batalla de Midway.
La película también narra el subsiguiente bombardeo americano sobre japón en represalia, realizado por pilotos que aterrizaron, ya sin combustible, en la China ocupada.
Conocemos a Ed Skrein en sus papeles de villano, pero aquí encarna al piloto más chulito del Pacífico, buscando venganza contra los japos por sus amigos muertos en Pearl Harbour y combatiéndolos de manera tan alocada como los kamikazes de sus enemigos.
Luke Evans es el superior del personaje de Skrein, con quien mantiene sus continuas diferencias mientras intentan salvar los pocos portaaviones que les quedan a la nación.
Los malos, los japos, también salen representados, atrapados como siempre en sus cadenas autoritarias y viejas tradiciones.
Una película espectacular y épica, que utiliza todas las modernas técnicas de efectos para hacer la batalla final tan impresionante como el ataque a la Estrella de la Muerte de Star Wars (o viceversa...)
El destino del mundo en las manos, las decisiones y la puntería de un puñado de hombres.
¡NO SE LA PIERDAN!
Saludos:
ResponderEliminarNo me extraña el papel de Harrelson. Si hay dos papeles que borda es el de militar ordenancista y de carrera, y el de policía paleto pero que se las sabe todas, como el que realizó en True Detective, donde se comía con patatas a Matthew McConaughey...
Juan Constantin