Dieciocho números de la que quizás es la última gran etapa de un personaje, antes de que los equivocados métodos de producción impusiesen el baile de artistas número a número.
Los sutiles lápices de Nord nos transportan a un mundo fantástico, estético, donde no falta ni sobra nada, y eso que utiliza los mínimos detalles para hacer fluir la narración, pero con una base en la ilustración fantástica más clásica.
Busiek, cuya adaptación de Rogues In the House también comprende este tomo, trama entre ambas aventuras, y antes de ellas, nuevas peripecias del bárbaro, con una fuerte influencia Lovecraftiana en lo que a los dioses y bestias a enfrentar se refiere, en sus relatos como en los de Mike Mignola, que se encarga de alguna aventura.
Con la narración de Toth-Amon leyendo las Crónicas Nemedias, nunca la vida de Conan había sonado más conexa, orgánica y plausible.
El guionista desarrolla personaje secundarios como Nestor o crea los suyos propios, igualmente memorables, como la prostituta que acompaña a Conan en algunas de sus desventuras.
Muchos somos ya los que echamos de menos la calidad de producción y la fidelidad a los relatos originales de Howard de esta etapa de Dark Horse, y disfrutarla así recopilada es un placer solo comparable a respirar los vapores del Loto Amarillo...
Espero que lo editen, acá en Argentina
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