Duro lo tienen los guionistas actuales a la hora de buscar variantes en los campos de Ciencia-Ficción y Fantasía.
La nueva política de las editoriales independientes de dejar de lado los superhéroes fuerza que estos dos géneros estén más que trillados en todas sus infinitas manifestaciónes.
Quizás por eso el guionista tira por la calle de en medio y se inventa un mundo post-apocalíptico a la Mad Max con toques Fantasía sobre todo en las criaturas que lo habitan.
En ese mundo hay diferentes clanes familiares en guerra, envueltos en vendettas mortales.
La historia, que a mi no me ha impresionado mucho, tiene un mensaje anti-belicista mostrando como ha afectado a individuos de esos clanes la terrible guerra.
Lo más notable de este tomo es el dibujo, que con un estilo sucio y detallado muestra sangrientas escenas de violencia y enormes batallas con gigantescas bestias causando el caos.
Más para ver que para leer, en mi opinión.
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