jueves, 30 de agosto de 2018

YUCATÁN

Uno se siente un tanto "sucio" criticando productos patrios, pero a mi esta película no me ha terminado de gustar.

Quizás sea la extraña mezcla entre comedia alocada y dramazo vital.


Quizás sea por poner a Agustín Jiménez haciendo de "cuñao" junto a un Tosar a quien ya asociamos a papeles dramáticos.

Quizás sea la mezcla de actores españoles y argentinos, que nos recuerdan, como el tono de la comedieta, a muchas otras co-producciones anteriores.


La película consigue, eso si, reflejar muy bien la vida de algunos "elementos" de los que acaban trabajando -¡pobrecillos!- en los espectáculos de los cruceros.

Semejante vida errante da para toda clase de tipos vitales, y en este caso se han juntado un grupo de timadores que tienen sus ojos puestos en el viejito que acaba de ganar la lotería y al que acompañan una pintoresca familia en su viaje por el mar hasta Yucatán.


Se plantea pues la diatriba entre seguir nuestras pasiones o perseguir la felicidad, el amor o el dinero, las cosas o los individuos.

...Pero es que resulta que al viejito millonario lo interpreta el actor que anuncia el pegamento para dentaduras postizas, ese que se come todas las chuches de su nieto a bocaos, y te saca de la peli a cada poco.

Y, misteriosamente, mientras que el guión afirma que es un panadero de Aluche, el actor tiene un acento catalán que ni la niña de "Catalana Ocsidente".


Entre todo el casting, brilla la belleza retro de Stephanie Cayo.

Y la verdad es que estoy seguro que, para el público que suele viajar en cruceros, matrimonios maduros y jubilados, esta peli puede ser un gran entretenimiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario