Por horrible que parezca, me gustó más Zilla. Creo que si al Godzilla de Emmerich le hubieran puesto otro nombre lo recordaríamos con más cariño. Parecía un ser vivo de verdad (no como el último, que parecía un maneki-neko) con emociones, astucia, vulnerabilidad y motivos biológicos concretos para atacar Nueva York. El Godzilla japonés resulta interesante sólo en su película original.
Por horrible que parezca, me gustó más Zilla. Creo que si al Godzilla de Emmerich le hubieran puesto otro nombre lo recordaríamos con más cariño. Parecía un ser vivo de verdad (no como el último, que parecía un maneki-neko) con emociones, astucia, vulnerabilidad y motivos biológicos concretos para atacar Nueva York. El Godzilla japonés resulta interesante sólo en su película original.
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