Cuenta con numerosísimos originales -aunque es un tanto engorroso abrir y cerrar los bonitos armarios que los contienen- y montones de información de la que raramente se encuentra en otros sitios.
Si acaso se me ocurre que, al terminar en el año 77, da una cierta impresión de que el tebeo español es UNA COSA DEL PASADO, un hobby ya olvidado, que pueden visitar los que crecieron leyéndolos, pero que no va a recuperar muchos de aquellos cientos de miles de lectores para quienes continúan esa gloriosa tradición hoy en día.
Pero conocer nuestro pasado sigue siendo necesario y pocas oportunidades como esta.
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