Los niños de ahora ya no se asustan como los de antes.
Pregúntensenlo a cualquier madre: Los pequeños, que se disfrazan ya de monstruos y brujas para Halloween desde bebés, no solo no tienen miedo, sino que son ellos los "temibles".
A pesar de su delicioso diseño de la Belle Epoque, Astrid Bromuro -¡que magnífico nombre!- es ya una de esas niñas a la que los mismísimos fantasmas tienen respeto.
En esta nueva aventura conocemos a sus millonarios padres, que no dudan en librarse de ella y enviarla a un internado que homenajea en su nombre a la obra de Oscar Wilde: El Fantasma de Canterville.
Allí Astrid conocerá a otras niñas que no le andan a la zaga en lo de hacer trastadas, siendo perseguidas por los pasillos de la encantada Mansión -que no tiene nada que envidiar a Hogwarts- por las severas profesoras de tan augusta y ectoplasmática institución.
¿Son solo niñas cubiertas con sábanas lo que hay en esa mansión encantada o algo mucho más misterioso...?
El álbum incluye extras para que sus pequeños lectores coloreen y jueguen.
Yo solo les puedo decir que mi sobrina de cuatro años contempla embelesada los encantadores dibujos de Parmé...¡y eso que aún no lee!
Y amenaza señalando a la irreductible Astrid: "Yo soy esta"...
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