ASESINATO EN EL ORIENT EXPRESS

Hercule Poirot, el detective de la escritora Agatha Christie es el último personaje ficticio en retornar a una pantalla atestada de franquicias recuperadas.

Interpretado por un Kenneth Branagh quizás es demasiado apuesto para encarnarlo, o al menos alejado de la imagen que este había tenido en la pantalla hasta ahora.

El detective está claramente influencia por el modelo de Sherlock Holmes, y al igual que el de Baker Street se define por sus pequeñas manías y características que son las que dan vida y hacen masticables las repetidas historias de "whodunnit", quien es el asesino en las que se ve envuelto.

En este caso se añade el exotismo del viaje en el legendario tren, acompañado de un casting all-star, en una novela que ya ha sido adaptada al cine.

Una gran producción de Hollywood que nos devuelve así a los años 30 con todo el lujo y esplendor característico de las novelas de Christie.

La película se deja ver muy bien aunque la trama, una vez concluida, y como ocurre con muchas historias de detectives, tiene sus trampillas argumentales para distraer la atención del espectador y mantener el suspense hasta el final.

Parece que la película ha sido un éxito y que pronto podremos ver a Poirot regresando de nuevo en Muerte en el Nilo, otra de sus más conocidas aventuras.

Y hay historias para rato, por que protagonizó 33 novelas y 50 relatos que siempre podemos leer mientras esperamos la siguiente entrega.

Con ocasión del estreno el Museo del Ferrocaril de Madrid aloja una exposición de trajes y diseños de la película que tuvimos la ocasión de visitar, cortesía de la productora.

Sin duda un interesante aliciente para visitar la antigua estación de Delicias, cuyos antiguos trenes constituyen de por si un delicioso viaje por la historia ferroviaria.