Y el productor de Arrow se ha convertido en el primer afectado del mundo de los superhéroes.
Un grupo de trabajadores lo ha acusado de comportamiento inapropiado con una compañera de trabajo.
La empresa lo ha suspendido de inmediato e investiga los hechos, aunque el número de acusaciones lo pone en una situación muy comprometida.
Confirman que el éxito de sus series se le había subido a la cabeza.
El productor se ha defendido alegando que sus comentarios y acciones no tenían índole sexual.
Es una excelente noticia que este tipo de abuso se denuncie por doquier, aunque para mi, en este caso, es algo lamentable, pues su trabajo en los cómics me pareció realmente brillante, antes de iniciar su etapa televisiva.
Confiemos que no sea nada especialmente grave y todo se aclare pronto. Condenamos cualquier tipo de abuso de poder, TAMBIÉN LOS NO SEXUALES, que no son menos hirientes.
Saludos:
ResponderEliminarTodo aquel que abuse de su posición de poder debe ser castigado. Claro que sí. Lo apoyo con todo fervor.
Pero ¿no debería haber pruebas suficientes e inequívocas? Si condenamos a alguien sólo por el número de voces que le acusan -sobre todo cuando en ciertos casos hayan pasado décadas desde los hechos que se denuncian-, sin que se aporten pruebas ¿no estaremos linchando más que castigando?
No defiendo a Kreisberg, Spacey, etc... Si han cometido los hechos de los que se les acusa, que paguen por ello, pero en un Estado de Derecho, las acusaciones hay que probarlas... siempre y cuando se busque justicia y no destruir la reputación y carrera de alguien, cosa que se puede hacer al instante hoy en día y es imposible de reparar.
Juan Constantin