La verdad es que cuesta saber si esta película es buena, mala o regular cuando todo lo que podrá pensar el espectador que conozca a los protagonistas con anterioridad durante toda la cinta es: ¡¿ QUÉ DEMONIOS SE HA HECHO BRAD PITT EN LA CARA, Y QUÉ NECESIDAD TENÍA...?!
Quien ha sido Sex Symbol desde que lo conocimos en Thelma y Louise o Leyendas de Pasión ¿que se puede mejorar haciendose retoquitos...? ¡Obviamente nada!
Así que supuestamente hace el papel de un espía aliado canadiense con base en Inglaterra, pero no te lo acabas de creer en ningún momento por que lo que parece es un nazi malo de los de Indiana Jones, de los que se les derrite la cara o se les queda marcada una reliquia al rojo vivo...
Las productoras deberían pensárselo seriamente a la hora de dar trabajos a adictos del bisturí, o contratarlos solo para películas de terror, interpretando a personajes de esos con 12 horas de maquillaje.
Por lo demás, para los nuevos espectadores que crean que Pitt solo es un actor poco agraciado, la película narra el encuentro de dos espías desconocidos en Casablanca para cumplir una misión haciéndose pasar por marido y mujer parisinos.
Aunque el intenta ser muy profesional al comienzo, Cotillard es mucha Cotillard y pronto acaban enamorados.
Poco más se puede decir sin hacer spoilers: Su vida anterior volverá para perseguirlos, demostrando que casarse con la primera persona que conoce uno quizás no es siempre lo más juicioso.
A pesar de las obvias semejanzas con los Rick e Ilsa de Casablanca, el mensaje de esta película no puede ser más diferente.
Allí, ambos se sacrificaban por un bien mayor que eran los ideales de ganar la Guerra. Aquí, como se verá, y quizás como signo de nuestros tiempos, los personajes atienden a razones de un cariz muy diferente.
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