Creo que a cualquier editor de cómics le hubiese encantado publicar este, en el que si algo se deja bien clarito es que NO SIEMPRE EL EDITOR ES EL MALO.
Yo, que no soy editor, también me alegro de que se muestre y demuestre que HAY MUCHOS AUTORES SINVERGÜENZAS.
Y que los SINVERGÜENZAS y los AMIGOS DE LOS SINVERGÜENZAS van a conseguir que el editor, o cualquier desafortunado en cruzarse con ellos, acabe pareciendo el malo, hagas lo que hagas.
Bueno, menos si eres Ricardo Esteban, del que todo el mundo parece hablar bien.... ¡¡¡Sospechoso...!!! ;-)
Me parece absolutamente necesaria una historia que muestra que, si te quieres dedicar a los cómics, mejor que vayas armado con un abogado MUY BUENO.
Unas de las tantísimas razones por las que un servidor está muy feliz no dedicándose a ellos.
La Felicidad: Otra de las INMENSAS lecciones de este cómic.
¿Piensas que tu vida no tiene rumbo y que vas dando bandazos y que has dejado pasar oportunidades que no volverán...? ¿Crees que la vida de fulanito o menganito es mejor por que se dedica a lo que quiere, o a lo que tu querías, sean los cómics u otra cosa...?
¡Pues te equivocas! Eso es solo tu perspectiva, en realidad probablemente eres más feliz que el 99% de las personas con las que te comparas, y todos tienen los mismos problemas que tu y otros, mucho peores, que afortundamente tu no tienes.
Reflexiona: ¡Algunos de ellos hasta siguen trabajando en los cómics! ¡Pobrecicos! ;-)
Así que yo no he podido dejar de identificarme con mi tocayo Pierre, y de envidiarle, hasta cierto punto, la capacidad que ha tenido de volcar descarnadamente, sin tabús ni censura, su vida en este enorme y precioso tomo, de hacer que devoremos todas sus anécdotas vitales, por aquello de "Mal de muchos, consuelo de tontos...".
Pero no, no es envidia. Si fuese envidia no hubiésemos entendido el cómic. Es admiración.
La misma que profesamos hacia el dibujante, Jesús Alonso Iglesias, que consigue con estilo actual, en plena onda Indy, hacer que nos quedemos fascinados por cómo el personaje realiza cosas tan prosaicas como ponerse un jersey. Un dibujo ágil, moderno y efectivo que narra incansablemente sin dejar por ello de impactar estéticamente nuestras retinas.
Un par de consejos más: ¡CUIDADO CON TENER ANIMALES EN CASA! Dan incluso más problemas que cuando tienes personas en casa... Hágase solo si se les ama con la misma intensidad que Paquet a su perro.
Segundo: Hay que estar muy mal informado para no saber que Jeffrey Jones, el artista del mítico Studio y primer esposo de Louise Simonson hace mucho que se cambió de sexo...
¡Absolutamente desternillante la anécdota!
Sobre todo, la visita a su menos-que-mítico Estudio.
Y es que, por más glamurosa que te imagines la vida de tus autores favoritos, igual que en este cómic, quizás lo único admirable en ellos es...SU ARTE.
hace mucho que se cambió de sexo...
ResponderEliminary un poco menos que falleció (2011).