Lo confieso: El lunes de la pasada semana, cuando se emitió el último capítulo de la segunda temporada de El Ministerio del Tiempo yo, presa de la nostalgia, estuve viendo las esclarecedoras entrevistas a Martes y Trece.
¡Que le vamos a hacer, a mi me marcó mucho la Empanadilla que, atentos, no era de Móstoles, como dice esa nueva película, sino de Algete!.
Así que supongo que he hecho como esos ¿cientos de miles...? ¿millones...? de fans que ven la serie en la web de RTVE y me he puesto al día.
A mi me encantan las historias de viajes en el tiempo, precisamente por eso no dejo de observar que en esta serie la teoría temporal va variando episodio a episodio con poco rigor, según conviene a a sus creadores.
Y ya lo dijimos en su día, que para pretender preservar la historia fijada, los agentes del Ministerio usan y abusan de las puertas para sus asuntos personales, diversión y vacaciones con una informalidad sorprendente.
Ahora que... ¿que podemos esperar de funcionarios españoles...?
Independientemente de eso, no me cabe la menor duda de que la serie debe seguir por que ha supuesto toda una REVOLUCIÓN CULTURAL entre todos esos jóvenes de la E.S.O. que lo único que saben ya de Velázquez es que...¡fue miembro del Ministerio!
Gracias a esta serie, van aprendiendo un detallito o dos de la Historia de España, de nuestra cultura, de por qué somos como somos, de como fuimos, de como podríamos volver a ser (a nivel cultural, aclaro)...
Pero en este último episodio, aún hay más cosas para aprender.
Hay una alteración en el Tiempo y por primera vez los personajes aterrizan en lo que es, a todas luces, un Mundo Alternativo.
(Spoilers!!) Uno en el que Felipe II ha cambiado la Historia para que la Armada Invencible realmente lo sea, creando una España que sigue siendo la mayor potencia del Europa, y en la que no se pone el Sol ni se pone su Monarca Absoluto, que viaja ahora por todos los siglos en un Imperio Sincrónico que para si quisiese Kang The Conqueror, el enemigo viajero del tiempo de los Vengadores.
Los tres protagonistas, únicos en recordar el mundo anterior, encuentran que el precio de este renovado poderío de España ha sido una pérdida de lo que nos hace únicos, una uniformidad, una Inquisición eterna y ubicua, que se ha colado en las mentes y las almas de todos los hombres y que queda magníficamente encarnada en esa Irene que sigue teniendo las mismas inclinaciones sexuales pero que no se atreve a manifestar.
Para aumentar el drama, Julián encuentra que en este mundo su novia no murió y Alonso, al fin y al cabo sin muchas simpatías por la actualidad, también prefiere su vida en esta línea temporal.
Es Amelia, quizás atendiendo no solo a su amor por la Historia sino quizás a su amor por alguien más, quien decide enfrentarse a este Emperador Perpetuo que tan bien interpreta Carlos Hipólito.
¡Magistral cuando responde a la voz del móvil que le pregunta si se trata de su Majestad Felipe VI: "Creo que se ha equivocado de número"!
Detalles aparte, si me encantó el episodio es por que supone la misma Teodicea -Justificación del Mal- que ya ensayase Alan Moore en su For the Man Who Has Everything..., la historia en que se mostraba que, si Krypton no hubiese explotado, la vida de Kal-El sería mucho peor, y no existiría, obviamente ningún Superman.
Análogamente, la Armada Invencible ha de perder para que la España Plural, Avanzada, Libre, Fiestera, Singular y Creativa pueda existir.
A pesar de lo mal que están las cosas, hay una razón para ser como somos. ¡Mejor no querer ser los Estados Unidos, fíjaos si no en Donald Trump!
Un mensaje de Orgullo -Patrio- y Satisfacción -Histórica- que sin duda promete un futuro que ni tan siquiera Felipe II alcanzó imaginar.
Pues es ahora en los corazones de todos los Españoles donde ya no se pone nunca el Sol.
Para bien o para mal España es la que es.Como dice el mismo Valle Inclán en uno de los episodios un reflejo distorsionado de la realidad. Al menos con El ministerio del tiempo estamos recuperando para la memoria popular personajes históricos de los que apenas se hablaba por un poco de vergüenza por sentir orgullo patrio.Nos sabemos de memoria las andanzas de Enrique VIII y Ana Bolena, pero a penas conocemos nuestra propia historia.Bravo por el Ministerio.
ResponderEliminarPues a mi me vais a linchar, pero estoy de parte de Kang, digo del rey prudente Felipe II.
ResponderEliminar¡A mi la santa inquisición!.
¡Dios lo quiere! (JJ Abrams y Zack Snyder, de este Torquemada no hay quien os salve)
¡¡¡MUAHAHAHHAHAHAHHA!!!!
https://www.youtube.com/watch?v=5ZegQYgygdw