LA MÚSICA DE ERICH ZANN, POR H.P. LOVECRAFT

A pesar de no tener relación directa con ningún ciclo, no me resisto a escribir unas palabras sobre este pequeño "capricho".

Gira en torno a un viejo violinista cuyas melodías se vuelven más y más ultraterrenas, llegando a tocarlas como poseído por ellas, en trance.

Cuando el protagonista llegue a la casa del artista en una recóndita calle descubrirá que la música le sirve para luchar contra las entidades que merodean más allá de sus ventanas, que no dan precisamente a la calle sino a un vacío inmaterial.

¡Uno casi puede imaginarse esta historia dibujada por Steve Ditko!

Nuestro protagonista escapará, pero nunca más podrá localizar la calle en la que estaba la vivienda, como si hubiese sido tragada por la otra dimensión.

Un magnífico ejemplo de esa geografía mágica en donde los callejones conducen a los más inesperados lugares.

Y unos portales dimensionales que se abrirían muchas más veces en la obra de Lovecraft.