Alex Toth es, junto a Jack Kirby, el "dibujantes de dibujantes" del cómic americano. No por nada fueron de su generación los únicos que los Estudios de Animación recibieron con los brazos abiertos. ¡Demasiado buenos para los cómics, como ocurre hoy con tantos y tantos artistas!
Aquí tenemos a Toth en su zenith. Se le suele asociar con un estilo simplificado, pero ese, con el que algo experimenta en este tomo, aún no había llegado, y tenemos unas páginas y viñetas que, aunque diseñadas con una elegancia, economía y estilo exquisitos, están rellenadas con una riqueza de tramas, grises, texturas, y diferentes técnicas inigualadas en esa década de los setenta.
Eso sin olvidar a sus partenaires en los guiones, encabezados por el no menos legendario Archie Goodwin, un entrañable personaje que seguramente tuvo algo que ver con muchos de los cómics os gustan.
Breves historias de los más variados enfoques de terror y suspense que suponen un apasionante desafío para Toth como constructor de mundos y atmósferas, seduciéndonos en todos ellos con el mínimo esfuerzo gráfico.
No podemos más que lamentar de nuevo que Toth no encontrase nunca su lugar en la Marvel o DC de esta época. Sigue pasando, con los "Toth" de hoy en día...
IMPRESCINDIBLE si amas el cómic y su historia.
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