Tendría 5 o 6 años cuando recuerdo estar jugando un domingo en casa de un amiguete de párvulos y, a medio día, en la televisión ponían Los Vengadores. ...No, "esos" no. Los británicos.
Aún sin prestarle mucha atención a esa Inglaterra un tanto gris y monótona de los '70, esa visión de Albión se iba colando en mi subconsciente como definitiva. Y de igual manera, el caballeroso y elegante John Steed conformaría parte de mi personalidad aún sin yo saber hasta décadas después que lo había hecho.
Cuanto más monótonas son nuestras vidas, más ansiamos que Gandalf o Merlín regresen a recogernos de donde nos dejaron y nos sumerjan en un mundo de aventuras. Y parte de mi, comprobado está al ver esta peli, aún sueña con ser reclutado por una organización de "extraordinarios Gentlemen".
Pero aún para los no viejunos con subconsciente programado la película de Matthew Vaughn -quédense con el nombre, es el director de Stardust, Kick-Ass y X-Men First Class- es toda una montaña rusa de diversión donde cada escena, plano y fotograma serán disfrutados como solo lo puede hacer un niño de esos que miraban la tele de refilón.
En efecto, Vaughn ha tomado el cómic de Millar, Secret Service, y le ha añadido a los Kingsman, le ha añadido la sastrería y le ha añadido esa deliciosa historia a lo -como se bromea en el film- My Fair Lady que convierte a un chico de un barrio marginal londinense en un superespía que hace que hasta el James Bond de Craig parezca apolillado y soso. ¡Bienvenidos al superespionaje del siglo XXI!
No he llegado a leer el cómic de Millar, pero no cabe duda de que -además de repetir el esquema de Wanted, aunque esta vez la reclutadora no es Catwoman-, Vaughn lo ha recreado de manera magistral, con un ritmo absorvente y con una coña que, inspirada en la de Millar, la supera, sobre todo en estos últimos años en que sus trabajos ya no seducen como lo hicieran.
Una película que cuenta con Colin Firth y Michael Caine es ya el epítome de LO BRITÁNICO Y ELEGANTE.
A ellos se añaden un paródico Samuel L. Jackson como "villano Bond" realmente desquiciado, más bien de la clase que enfrentaban los Vengadores. Y por si eso fuera poco, la peli nos recupera en su hilarante "escena inicial" a Mark Hamill en un breve pero genial papelito.
Taron Egerton, el protagonista, sea cual sea su carrera hasta ahora, entra por la puerta grande del cine, con su doble papel, de "scally boy" -bakala- malote y aprendiz de caballero.
Ya se rumorea que podría interpretar al joven Han Solo, y eso si Marvel Studios no le calza algunas mallas ajustadas para hacer de superhéroe. Por ejemplo, haría un gran Johnny Storm (si, uno blanco...)
Y es que, además de la espectacularidad, diversión y originalidad de la película, hay que aplaudirle la oportunidad: en una Europa sumida en la crisis y con millones de jóvenes atrapados en más que oscuras vidas, al borden de lo criminal, van y hacen esta película que no solo glorifica los orígenes humildes sino que convierte a los desclasados en HÉROES.
Mejor que sueñen con eso que no con unirse al Isis...
HA NACIDO UNA FRANQUICIA. Y si yo fuese Mark Millar, sacaba hasta una línea de ropa.
¡Me la compro entera! Aunque los zapatos no lleven teléfono incluido.
pues si no me equivoco vaughn había sido co-guionista de secret service-el comic- dicho esto, entonces por supuesto que al momento de adaptarla le iba a dar la estirada a la idea y no solo barre con el comic de millar también con the filth de morrison en el sentido de revitalizar el espionaje en el siglo XXI
ResponderEliminarSebastian O
En cuanto a lo de la línea de ropa llegas tarde, querido. Date una vuelta por la web de Mr Porter y flipa (sobre todo con los precios).
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