TRINITY WAR: EL MISTERIO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Me echaban en cara por ahí que no había dicho nada de Trinity War (siguen algunos Spoilers, ojo). Y es que no he dicho nada por que no hay nada que decir.

Sobre todo, no hay NADA BUENO que decir, más allá del siempre admirable trabajo de Ivan Reis.

Los protagonistas de este cómic son la Trinidad, si: Dios Padre -Dan Didio, que se ha creído su apellido-, Dios Hijo -Geoff Johns, manifestación material de la entelequia Didio que lo maneja desde el cielo- y Dios Espíritu Santo -la "Fuerza" editorial y empresarial, que es el verdadero y único creador de este cómic, palabra a palabra y viñeta a viñeta.

La única razón de ser que tiene este cómic es conseguir meter (hacia el final) la imagen de los superhéroes luchando que adelantaron hace casi dos años, CUANDO NADA DE ESTA HISTORIA EXISTÍA NI POR ASOMO en ninguna de sus mentes.

Osea, son 20 páginas de relleno para "justificar" -para quien se lo crea- la splash page extensible de Jim Lee.

La cosa arranca ya de la kafkiana serie de Pandora: Por tocar una calavera que se encuentra, el Concilio de Magos la condena como una de las personas más malvadas. ¿Que hace ella...? ¡Estudiar magia! Osea, como si los judíos de los campos de concentración leyesen "Mein Kampft" para instruirse.

Siglos después, el Mago jefe -ese que le otorga a Shazam la SABIDURÍA DE SALOMÓN- se le aparece tras una interminable vida de suplicios, y le dice: "¡Uy, perdona, chica, que es que con lo tuyo nos equivocamos, no eres mala ni pecadora ni nada...!"

Pa' matarlo, ¿no?

Así que ustedes dirán que historia puede surgir con estos mimbres, como no fuese una escena de los Hermanos Marx.

Como sabéis los nuevos miembros de la Justice League buscan la manera de pelearse entre ellos todos y cada uno de los números. Sobre todo si son Superman y Batman.

Pero como toca elevar el listón, pues Superman va y se carga a un personaje. O eso parece. Hay truco.

Tanto da, por que el cómic produce un absoluto "deja vú" a las mil y una carnicerías gratuitas que Didio ha organizado en todos y cada uno de los eventos que ha publicado en los últimos 11 años.

Así que se nos vienen a la cabeza el Doctor Light y sus violaciones anales en Identity Crisis, Sue Dibny carbonizada, Superboy Prime desatado en Infinite Crisis, Batman finado en Final Crisis. Ya saben ustedes: hay donde elegir...

Las ideas DC se agotaron hacen una década, y desde entonces solo tenemos refritos y recombinaciones de las mismas. Y el aceite de freír está tan quemado, pegajoso e intragable que ya produce nausea.

Para completar el número, una pelea más entre Superman y "Shazam!", como si no fuese a haber más cómics en la vida donde hacerla: Este lo tiene que tener todo, todo, todo.

No es un cómic, son los "great hits" de Didio/Johns.

Patético, por cierto, el esfuerzo que hace este por dotar de algún sentido a lo que obviamente no lo tiene: El equilibrista que ve como se le caen uno tras otro los platos que había puesto a girar. El espectáculo es verlo saltar a él esquivando las esquirlas.

Y más superhéroes peleando, como si esto fuese la Marvel de 1.963, o la de Civil War, tanto da.

Se trata de un cómic que destila lo de "¿Quien es más fuerte, la Cosa o la Masa?", aunque más bien aquí se trata de quien mata más y de manera más asquerosa.

Y al final, por si no habíamos leído el artículo de BleedingCool, se nos revela que el Outsider si ha sobrevivido a Flashpoint y anda manipulándolo todo (y vendiendo el próximo mes de cómics de villanos).

Eso son los cómics DC: Unos tan absolutamente mal contados que los tienen que explicar las webs de noticias.

Antes semejantes "Dogmas de Fe" incomprensibles yo solo puedo recomendar volverse A-teo, o A-Didio.