A ver, ya lo comenté en la charla: No todos los cómics de una línea se hacen para gustar al mismo grupo de lectores.
Y aunque disfruté como un enano con Children's Crusade, esta iteración de los Young Avengers no me tiene a mi en el punto de mira como lector potencial.
Tengo una notable antipatía al relamido y estático estilo de McKelvie, que convierte a los superhéroes en un cruce entre Tom of Finland y Mi Pequeño Pony.
Y lo mismo con respecto a los guiones de Gillen: Abusa de las casualidades, no presenta a los personajes correctamente ni de lejos y, el pecado más imperdonable, no introduce en todo el número un argumento que merezca la pena seguir.
El núcleo del número en una discusión de quinceañeros gays para los que el título "drama queen" parece haberse forjado.
No dudo que a los lectores de esa edad les resulte plausible y se vean reflejados, pero desde luego yo se, por que lo ha demostrado Kreisberg, que lo que los Young Avengers tienen muchísimo más potencial.
El culebrón está muy bien, pero además hay que salvar el Universo. Claro, que es difícil salvarlo si no lo conoces.
¿Que problema hay con Tom of Finland? ¿Acaso nos pico el bichito homofobico hoy?
ResponderEliminarNo hay ningún problema, como arte erótico. Los superhéroes son otra cosa. Parecida, pero no es igual.
ResponderEliminar¡Viejuno!
ResponderEliminarTom of Finland mola mil.
Y también mola que la serie vaya dirigida a un público un poco más juvenil, que parece que los que seguimos leyendo cómics ya peinamos canas (en mi caso) o ya no les queda pelo (en el tuyo).
;)
Hay mucho fan service, eso no se puede negar.
ResponderEliminarAnonimusUser