EL HOBBIT: UN VIAJE INESPERADO

El hecho de haber convertido un librito para niños en una trilogía acabará desvelándose como el "Daño de Jackson".

No se le puede hacer mayor crítica a la trilogía original que esta nueva: Si a "El Hobbit", a penas una serie de anécdotas y aventuras ligeritas les dedica tres películas, a "El Señor de los Anillos" le debería haber dedicado 9, 12 o 15 películas para comenzar a hacerle justicia.

Por lo tanto, el método en esta ocasión es inverso: en una se trataba de resumir, obviar y mutilar, y en esta se trata de añadir, profundizar y recrearse.

Y los resultados se dejan notar claro.

A la necesidad de alargar las escenas, o símplemente reproducirlas con su duración original en la obra escrita, se añade el hecho de que la propia obra tiene un tono mucho más ligero, una trama más lineal, que el propio Tolkien estuvo tentado de reescribir entera para aproximarla más a la épica de la secuela.

No necesita Jackson hilar tan fino como si le exigía "LOTR", y con su experiencia al haber realizado las otras películas, en esta ocasión pasa con nota.

No obstante yo sigo pensando de que se trata de una película para quienes ya han leído el libro: solo así podrán disfrutar del espectacular prólogo que muestra la gloria y caída de Erebor.

Martin Freeman hace una cabal interpretación de Bilbo en sus años mozos. Tartamudea agobiado ante la avalancha de enanos y todas las demás criaturas empeñado en convertirlo en aperitivo.

No deja de ser un señoritingo fuera de lugar que sin embargo sabe adquirir altura heróica cuando llega el momento.

Y no se si me he ablandado, pero hasta la interpretación de McKellen me parece mucho más ajustada a su personaje que en la ocasión anterior, donde sistemáticamente sus gestos y reacciones eran las CONTRARIAS al Gandalf del libro. Esta es, desde luego, su película, y tiene ocasión de brillar.

Armitage evoca la heroicidad de los tiempos perdidos con gran éxito, aunque no puedo dejar de darme cuenta de que lleva peluca. Se trata de unas películas para ver con la edad correcta, cuando aún no te das cuenta de donde está la pantalla azul y que partes son de CGI.

En general todos los enanos están bastante bien, representando a su raza mucho mejor que Gimli, excesívamente cómico en las películas anteriores.

Sus canciones hacen las veces de una potente sintonía cada vez que entran en acción.

El otro gran hallazgo de la película son las escenas de Radagast, corregidas y ampliadas. A pesar de ser "over the top" queda bien diferenciarlo de Gandalf y darle su propio espacio, el que también hubiesen disfrutado personajes como Bombadil de haber sidos incluídos en la primera trilogía.

A pesar de la longitud de la película, la estructura no sufre: está llena de aventuras y está claro que se llegará al final de la tercera sin tener que añadir mucho de los textos inconclusos de Tolkien y relacionados con este periodo.

Paradójicamente, cuanto más han añadido al libro original, más fieles -al espíritu de Tierra Media, si no a l libro- parecen ser, estrategia que de nuevo echamos de menos con anterioridad.

Queda un poco raro, claro, un poco "Star Wars", ver aparecer a Gollum por primera vez cuando ya sabemos su final, pero así se puede saborear mejor el momento en que Bilbo decide, recordando las palabras de Gandalf, perdonarle la vida.

Gran actuación del esquizofrénico modelo en CGI, que marca un ritmo creciente. Casi, casi nos preocupamos por que se comiese a Bilbo si este perdía el concurso.

En definitiva, el Hobbit le viene a Jackson "como anillo al dedo", y por la misma razón "El Señor de los Anillos" le quedó demasiado grande  y se le escurrió. Alguien, algún día, lo encontrará y se lo calzará..

Diviértanse grandes y pequeños con las siguientes entregas, lean y relean los libros originales, y esperemos que a la productora no se le ocurra atreverse con el Silmarillion.

Eso son PALABRAS MAYORES (y demasiadas películas).