Os voy a hacer una confesión: Antes de ponerme a escribir la crítica, le he echado un vistazo a otras dos o tres, no fuese a ser que yo estuviese terriblemente equivocado en mis impresiones: Va a ser que NO.
Lo de ir a ver una peli de Garci ya sabemos que supone toda una aventura. Está claro que, por elección, su trabajo no está dirigido al gran público. El director nos había avisado de que "no hay acción en mi película", pero lo que no nos había dicho era que ni había acción, ni "Madrid", ni casi, casi, Holmes & Watson.
La trama -y reconocer que algo así existe es ser ya muy generosos con Garci y el guionista que le ayuda- sitúa al detective y su ayudante en el antiguo Madrid siguiendo la pista de los crímenes de Jack The Ripper, que ahora se están reproduciendo en la capital.
Gary Piquer encarna decentemente al detective al menos en su físico, aunque poco tiene que hacer o decir en toda la película.
Otro tanto pasa con Watson, que bien se podría haber quedado en Londres por que nada más llegar se enamora de la sobrina de la embajadora británica separándose por completo de la acción principal. De hecho, la chica, como el resto de féminas, solo figuran en el film como posibles víctimas del asesino, por las que nada tememos ya que los guionistas telegrafían quien va a morir al final desde el mismo comienzo de la historia. Ya se sabe, el personaje al que le previenen de que "no vaya nunca solo" es el que al final la espicha...
La parte propiamente sherlockiana del fin se centra en el reñido romance de este e Irene Adler, que visita también la capital como cantante de ópera, de nuevo una trama sin conexión ninguna con los luctuosos hechos que se van produciendo. El melancólico Holmes acabará retirado y bien retirado con Irene después de participar en un caso en el que ni hace nada ni lo termina de resolver realmente.
Y es que Holmes asiste pasivo a la acumulación de cadáveres meramente haciendo alguna de sus comunes deducciones a partir de pistas físicas: "Como no se ha afeitado usted esta mañana, debe ser que se le ha roto la cuchilla", y cositas así de simples.
Al final el detective decide acusar a un diplomático inglés con quien no ha cruzado palabra en el film, en lo que parece una horrible compresión del "From Hell" de Moore: Si allí Gull mataba como acto mágico, inaugurando la conciencia moderna y el Siglo XX, en esta versión lo hace para que los especuladores de la época, con el Marqués de Simancas a la cabeza, puedan llevar a cabo sus proyectos de obras públicas sin oposición política.
Algo muy español, sin duda, pero algo que solo los lectores de Moore podrán inducir y que de ninguna manera se explica en la película.
Holmes es atraído a Madrid por unos SUEÑOS PREMONITORIOS en los que el Barrio de los Austrias acaba convertido en nuestro particular Whitechapel. Algo bastante poco probable en el EMPIRISTA SUPREMO, fiarse de visiones oníricas de un país que desconoce.
La película carece por completo de ritmo, o mejor, avanza a ralentí, como si Garci hubiese querido superar al Dark Knight de Nolan, que solo se "alzaba" uniformado a partir del minuto 50.
Al parecer, Holmes haciendo la maleta en Baker St. es mucho más interesante que meternos de lleno en el trabajo detectivesco en si.
Los diálogos son a la vez previsibles y forzados, y solo sirven para llenar minutos, pues como decimos no conducen a ninguna verdadera resolución del caso.
Además, la carencia de presupuesto solo nos muestra un Madrid decimonónico en decorados interiores y planos medios que le da a la película un toque teatral de baratillo.
Pero lo verdaderamente escandaloso en alguien que sabe tanto de cine como Garci es que se moleste en traer a Holmes a Madrid, le haga cruzarse con Pérez Galdos, Isaac Albéniz (interpretado por su Excelentísimo descendiente Alberto Ruiz-Gallardón) y hasta comer Cocido en el Restaurante Lardhy SIN QUE NADA DE ESTO JUEGUE NI EL MAS MÍNIMO PAPEL EN LAS DEDUCCIONES DEL DETECTIVE (que por lo demás, ya decimos que son bastante nulas).
Tanto da que este Holmes transcurra en Madrid que en Estocolmo, pues no existe en el film ni el más mínimo toque idiosincrático. Uno hubiese esperado que Sherlock en Madrid fuese aún mucho más caricaturesco y humorístico que el de Wilder, cruzándose no ya con sosísimos personajes históricos sino con personajes de nuestra ficción y nuestro cine, pero lo que resulta es lento, pomposo, aburrido e insoportable.
Ni mucho menos a la altura de lo que se exige hoy en día de cualquier continuación o fan-fiction. Los asesinatos, ya decimos, reproducen los de Jack, y por lo tanto no hay en absoluto nada español ni madrileño en ellos. Salvo que el verdadero culpable se escapa, eso si es muy español.
La idea de la visita del Detective a España no deja de tener valor, aunque habrá que esperar a nuevas plumas que hayan entendido la entrevista de Trufaut a Hitchcock: Si la película transcurre en Suiza, tendrás que usar relojes y chocolates en la trama. Usarlos, no retratarlos.
Joer, es que hasta el póster de la película es feo.
ResponderEliminarSi acabar con las subvenciones al cine español supone que tuercebotas e inútiles como José Luis Garci no vuelva a ponerse detrás de una cámara NUNCA, casi... casi estoy dispuesto a darle la razón a Wert.
ResponderEliminarDe esta película si se puede decir lo de Gila: Holmes detiene a Jack El Destripador con INDIRECTAS: "Alguien ha matado a alguien" "Alguien es un asesino"... ;-)
ResponderEliminarY ojo: Domingo a las 22.15 en cine Acteón, pleno centro de Madrid, recién estrenada, ESTABAMOS 6 PERSONAS EN LA SALA...
ResponderEliminarEl trailer ya demostraba que la película iba a ser un horror de principio a fin. Le prometo mi ausencia.
ResponderEliminarEso si, siendo Garci la preseleccionaran como una de las tres candidatas para los Oscar de este año por España.
"Y ojo: Domingo a las 22.15 en cine Acteón, pleno centro de Madrid, recién estrenada, ESTABAMOS 6 PERSONAS EN LA SALA..."
ResponderEliminarYa son seis personas más que las que Garci esperaba que vieran su bodrio. En fin, a ver si Esperanza Aguirre le da otros quince millones de euros para rodar la segunda parte de su peli sobre el Dos de Mayo...