La grandeza de los universos superheróicos bien entendidos es ir agregando capas y capas de significado sobre los personajes.
El Doctor Doom, por tomar un ejemplo, sirve para hacer de "científico loco " en Fantastic Four, con historias de viaje temporal, de hechicero torturado contra el Doctor Strange o, en este caso, de diplomático amenazado en una peli de espías como este Winter Soldier.
Es esta versatilidad del cómic de superhéroes la que produce su preponderancia y dominio del mercado americano, pues con ellos cabe contar cualquier clase de historias.
"Es esta versatilidad del cómic de superhéroes la que produce su preponderancia y dominio del mercado americano, pues con ellos cabe contar cualquier clase de historias".
ResponderEliminarY es una lástimna que a esa versatilidad no se le saque partido más a menudo (me permito añadir, humildemente).
"La grandeza de los universos superheróicos bien entendidos es ir agregando capas y capas de significado sobre los personajes".
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con esta afirmación, pero podemos extrapolarla a universos no superheroicos. Ciencia ficción, terror, misterio, espionaje, etc. pueden configurarse en un universo coherente sin que éste pivote sobre superhéroes. Por ejemplo, un universo de este tipo podría salir de la serie Global Frequency de Warren Ellis, o incluso de Planetary si a los protagonistas les quitamos los poderes.