¡¡SALVAD A KRYPTO!!

"A perro flaco, todo son pulgas", podríamos decir...

..Lo cierto es que a DC no le sale una a derechas: Si la genialidad del "Superman-Indignado-en-vaqueros" de Morrison es ya de por si más que cuestionable, a lo que se une la debacle artística del primer arco argumental, ahora la mención del destino de la mascota de Kal-El en el nº 2 de la serie ha levantado las iras de los fans más nostálgicos.

Fans que no creo que sigan siquiera esa serie en concreto, pero que protestar, protestan.

Y es que parece que en la nueva versión Krypto no sobrevivió al viaje desde Krypton.

Lo cual ha provocado la consiguiente protesta por parte de los defensores de animales de ficción.

Krypto, introducido en 1955, es una reliquia de aquellos años en los que Rin-Tin-Tin y Lassie hacían furor en televisor, y todo niño americano tenía un perro en su "backyard".

Sin embargo, a pesar de que Byrne ya se lo quitó de encima, el chucho ha gozado de bastante simpatía desde que Jeph Loeb lo reintrodujera (no sabemos muy bien como, pues la versión de Krypton de la que supuestamente venía pronto se reveló como un holograma, pero esa es otra historia...).

El caso es que el mejor amigo de Superman ha llegado hasta a protagonizar sus propias historias (gozó en los '50/'60 de serial propio), y a nadie parece molestarle, no ya que lo recuperen, sino que le pongan capa y todo, un elemento un tanto anacrónico (digo yo que con una chapita en forma de "S" colgando del collar iba servido...).

Como siempre fue Alan Moore el que, con Radar, el perro de Supreme, posibilitó el retorno de la mascota, realizando un genial episodio sobre los problemas que traían los invulnerables cachorros voladores del rijoso can.

Aunque solo sea por formar parte del canon Weisingeriano, yo diría que merece la pena conservárselo, salvo por que un perro superpoderoso, si es que no es absolutamente inteligente, puede suponer un auténtico desafio hasta para César Millán.

En definitiva, creo que lo que protesta la gente no es ya el perro en sí, sino que, a base de recontar por enésima vez el origen de Superman, y con el fin de hacerlo diferente a las versiones anteriores, se opta por realizar cambios aleatorios, que desde luego alienan a todos los lectores existentes.

Si la gente hubiese querido librarse de Krypto, ya lo hubiesen pedido antes del reboot.

Bien al contrario, estaban todos muy contentos.

Pero claro, matar a alguien siempre concede un tono de "realismo", drama y modernidad a cualquier historia: "Mira que realistas somos, que nos hemos cargado a Krypto lo mismo que a la perrita Laika".

Salvo por que no compramos cómics para aprender las particularidades del programa espacial ruso. Y el kriptoniano debería ser algo más avanzado que el soviético...¿no?

Morrison no va a poder poner en los créditos de su Action Comics: "Durante la realización de este cómic no se ha dañado a ningún animal..."

Y DC, "chucho malo", muerde de nuevo la mano que le alimenta...